Del TREP al Direpre
Se reafirma la necesidad de que Bolivia cuente con un sistema confiable de resultados preliminares, como ocurre en varios países de la región.
La tensión y la larga espera la noche del domingo plantean la necesidad de que Bolivia cuente con un sistema seguro, rápido y confiable de resultados preliminares. La caída del Direpre anunciada por el TSE pocas horas antes de los comicios fue un gran retroceso. La certidumbre sobre el resultado no puede estar a merced de empresas privadas y medios de comunicación.
Desde la transición a la democracia, el sistema electoral boliviano ha privilegiado la seguridad por encima de la celeridad. Así, el cómputo oficial de votos, basado en actas físicas, puede tardar hasta una semana. Eso era aceptable el siglo pasado. Pero ahora resulta un exceso, además de un factor de riesgo, que la noche de la votación sean empresas encuestadoras, y no el organismo electoral, quienes nos brinden datos no oficiales. Se trata de un componente clave para la integridad electoral.
Durante casi cuatro décadas, la democracia en el país no supo dotarse de un sistema para agregar y proporcionar resultados preliminares. Eso cambió en 2016, en el referéndum constitucional, cuando por primera vez el TSE implementó un “sistema de aseguramiento de actas”. El sistema, luego bautizado como TREP, permitía contar con imágenes y datos de las actas desde las propias mesas de sufragio. Sobre esa base se proporcionaban resultados preliminares, a la espera del cómputo oficial.
Dicho sistema funcionó como factor de seguridad y de confianza, sin cuestionamientos, en el referéndum 2016, las elecciones judiciales 2017 y más de una treintena de referendos departamentales y locales sobre estatutos autonómicos y cartas orgánicas. Se trató sin duda de un gran avance para dar información oficial, con carácter informativo, la misma noche de los comicios. Se utilizó también en las fallidas elecciones del año pasado, hasta la imperdonable decisión de suspender la difusión de datos.
En marzo de este año, el TSE informó formalmente que se contaría con un nuevo sistema: el Direpre (Difusión de Resultados Preliminares), cuyo diseño fue encargado a una empresa británica. El sistema debía estrenarse en la votación del 3 de mayo, luego postergada tres veces. La innovación fue ampliamente respaldada. Pero no funcionó: primero se decidió no difundir imágenes de las actas y un día antes de la votación se lo canceló. Quedamos así sin resultados preliminares, lo cual es un lamentable retroceso.
El espectáculo que dieron varios canales de televisión el domingo con la proyección de resultados de Ciesmori y Tu voto cuenta, cuyos datos finalmente se difundieron a medianoche bajo presión, reafirma la necesidad de que Bolivia cuente con un sistema confiable de resultados preliminares, como ocurre en varios países de la región. Es importante, pues, que el Órgano Electoral haga su trabajo para que tanto la seguridad como la celeridad, que no son excluyentes, sean parte de nuestro sistema democrático.