El comodín ‘fraude’
El dato preocupante, como anticipaban algunos estudios, es la tenacidad casi enfermiza de algunos actores que se niegan a reconocer y respetar la voluntad ciudadana expresada en las urnas.
Pese a la victoria contundente (26 puntos de diferencia), una elección participativa, el aval de todas las misiones de observación y un proceso en general transparente, algunas voces antidemocráticas, sin ninguna evidencia, insisten en cantar “fraude”. Los resultados de la votación, por otra parte, ponen en cuestión la narrativa del “fraude monumental” de los comicios de 2019.
Varias razones explican el triunfo del binomio Arce-Choquehuanca con el 55% de votos. El asunto permite diferentes análisis y está hoy en el centro del debate político. Lo cierto es que 11 meses después de la forzada renuncia del expresidente Evo Morales, el MAS-IPSP ganó nuevamente las elecciones generales, como ya lo había hecho en 2005, 2009, 2014 y 2019. Esta vez lo hizo sin su tradicional binomio. Y sin duda marca un nuevo ciclo en el sistema político y en el propio “proceso de cambio”.
El dato preocupante, como anticipaban algunos estudios, es la tenacidad casi enfermiza de algunos actores que se niegan a reconocer y respetar la voluntad ciudadana expresada en las urnas. Recurren para ello al fácil expediente del “fraude”. Y lo hacen con base en deseos, supuestos, falsedades. Ellos mismos confeccionan su narrativa y sus “pruebas”, ¡y se las creen! Más allá de un serio problema de falta de cultura política, demuestran así un rasgo autoritario peligroso para la democracia.
En relación a los comicios del pasado 18 de octubre, que concluyeron con el cómputo nacional realizado por el TSE, no existe ninguna evidencia de alguna irregularidad que comprometa la transparencia del proceso electoral. Sin embargo, grupos de choque juveniles —que algunos medios llaman “activistas”— y algunos dirigentes cívicos proclaman que hubo “mega fraude” (sic). Se trata, para decirlo de manera elegante, de un disparate. ¿Se puede decir lo mismo del discurso de “fraude monumental” del año pasado?
Diferentes organismos y medios de comunicación internacionales, como el diario español El País, sostienen que los resultados de las elecciones 2020 “cuestionan la tesis del fraude electoral de 2019”. Y ponen en la mira la operación realizada por la OEA de Almagro, mediante su misión de observación y el posterior informe de “integridad electoral”, para instalar la idea de “acciones dolosas” que habrían afectado el resultado. Varios estudios independientes demuestran la inconsistencia de tales “hallazgos”.
Ha quedado en evidencia que el grueso del informe de la OEA se concentra en el TREP, que como vimos con el fallido Direpre, tiene carácter exclusivamente informativo e incluso es prescindible. Con la votación del pasado domingo se demostró que el supuesto “cambio de tendencia” es una falacia, que el “patrón de adulteraciones de actas” expresa en realidad la votación histórica en determinados recintos y, lo más grave, que los “auditores” no se ocuparon de revisar actas ni del cómputo oficial. Un fraude.