Si el fenómeno de grupos de personas arrodilladas pidiendo una nueva ruptura del orden constitucional parecía estar perdiendo fuerza por las muchas y evidentes contradicciones en sus planteamientos y argumentaciones, una oficiosa carta de una vocal del Tribunal Supremo Electoral vino a darles el impulso que buscaban para seguir sometiendo a la democracia a un peligroso asedio.
La vocal Rosario Baptista, en carta dirigida al Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), elaborada y firmada por ella y no por el Tribunal Supremo Electoral, cuerpo colegiado al que pertenece, y cuya papelería oficial empleó, solicitó una “auditoría especializada e independiente al padrón electoral”, sugiriendo la existencia un “bloque de data alterno, técnicamente reservado, con acceso privilegiado, restringido y secreto”, que “pudiera haber inducido o condicionado el resultado final”.
Termina la vocal su misiva con la ominosa advertencia de un “riesgo de que el Tribunal Supremo Electoral pierda sus cualidades de independencia e imparcialidad, lo que afectaría de forma directa al próximo proceso electoral, y en el futuro inmediato, la paz y la democracia”. No necesitaron mucho más los movilizados para volver a las calles sumando a sus demandas de anulación de las elecciones, suspensión de la posesión y restitución de los dos tercios, la renuncia del presidente del TSE.
Irónicamente, la misiva se hizo pública a la misma hora en que la Misión de Observación Electoral entregaba su informe en la sede de la OEA, en el cual se reconoce y se afirma la probidad, integridad y transparencia del proceso eleccionario de 2020 en Bolivia. La vocal sugiere, pues, que las y los expertos que acompañaron el proceso que, como miembro del TSE, estuvo también a su cargo, han sido engañados y por tanto es falso su informe.
Sin embargo, la carta y su efecto en la opinión pública ha tenido la virtud de finalmente orillar a la Sala Plena del TSE a manifestarse públicamente para defender con todo el énfasis posible la calidad, integridad y transparencia del trabajo ejecutado desde que se promulgó la Ley de Convocatoria a Elecciones hasta ahora, calificando de “fantasiosa” la versión ofrecida por la vocal, que tampoco estuvo presente en la conferencia de prensa ofrecida por la Sala Plena en la voz de su presidente, quien también anunció que habrá una nueva misiva de ella explicando el desaguisado.
A dos días de la posesión de un Presidente Constitucional legítimamente electo, es evidente que no por minoritarios, los grupos que quieren una nueva ruptura de la institucionalidad democrática, son menos peligrosos. La evidente ausencia de gobierno durante los últimos días de esta confusa transición, especialmente de los llamados por la Constitución a proteger la “integridad” y la “seguridad” de la nación, solo agrava el escenario de incertidumbre y polarización extrema.