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Elecciones 2021

En cumplimiento del mandato de la Ley de Régimen Excepcional y Transitorio, el TSE emitió la convocatoria para las elecciones departamentales y municipales 2021. La votación se realizará el domingo 7 de marzo. Con estos comicios se cierra en Bolivia el largo y accidentado ciclo electoral iniciado hace dos años, nada menos, con la convocatoria a elecciones primarias.

Como estaba previsto, apenas 48 horas después de la posesión del binomio presidencial electo el 18 de octubre para un nuevo periodo constitucional, el organismo electoral echó a andar el proceso para los comicios subnacionales, que incluyen la elección de gobernadores y asambleístas departamentales, alcaldes y concejales municipales, y algunas autoridades regionales. Se garantiza así la renovación de los órganos ejecutivos y legislativos de las entidades territoriales autónomas en todo el país.

Las elecciones 2021 son importantes por varias razones. La más evidente es que permitirá elegir autoridades y representantes que reemplacen a las actuales, cuyo mandato ha sido prorrogado. La segunda es que concluye un agitado ciclo electoral en el país, que sin duda es agotador para la ciudadanía, el Órgano Electoral y las organizaciones políticas. Y la tercera, la más sustantiva, es que con estos comicios se establece la llamada “división vertical” del poder como contrapeso al nivel central del Estado.

A diferencia de las elecciones generales, que en el Órgano Ejecutivo definen un solo ganador (binomio presidencial), en el caso de los comicios subnacionales se produce una redistribución del poder, con múltiples ganadores a nivel departamental (gobernadores) y local (alcaldes). Lo propio ocurre en los órganos legislativos, que albergan representantes de diferentes partidos políticos, agrupaciones ciudadanas y organizaciones de las naciones y pueblos indígena originario campesinos que postulen candidaturas.

Algunos actores políticos y operadores mediáticos, en lugar de pensar en candidaturas competitivas, elaborar propuestas de gobierno y preparar sus campañas, pretenden bloquear los comicios de marzo, o postergarlos sine die, bajo la falacia de que primero se debe hacer una auditoría al padrón electoral. Olvidan que el padrón biométrico boliviano fue certificado por una auditoría integral, técnica, externa e independiente de la OEA, y que fue avalado por todas las misiones de observación electoral.

En cuanto a la reciclada “guerra sucia” contra el padrón, que lleva más de una década, es fundamental que se aclaren todas las dudas. Para empezar, la vocal Baptista está en la obligación de presentar evidencias, o al menos algún indicio, sobre el supuesto “bloque de data alterno”. Su temeraria afirmación siembra duda sobre años de trabajo en el registro electoral boliviano. Si acaso, como retrucó la Sala Plena del TSE, se trata solamente de una afirmación “fantasiosa”, corresponderá su renuncia.