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Contagio desbordado

En cuestión de pocas semanas, los casos de nuevos contagios de COVID-19 han vuelto a subir a extremos preocupantes; solo durante la semana pasada hubo dos jornadas con más de 1.000 nuevos casos cada una, y si bien durante el fin de semana el registro volvió a disminuir, es evidente que el país, como gran parte del mundo, se encamina a un rebrote de la pandemia.

No se trata de sembrar alarma porque sí, sino de tener en cuenta que la falta de atención y cuidados, particularmente en los espacios públicos, provoca incremento de contagios, lo cual a su vez significa un severo riesgo para las familias, mucho más si en ellas hay miembros que pertenecen a los llamados “grupos de riesgo”, es decir personas con otro tipo de enfermedades que pueden agravarse ante la presencia del virus.

Es posible señalar que, particularmente en las tres ciudades principales del país, Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, hay mayor riesgo de infectarse con el COVID-19, no solo porque grandes porciones de la población han comenzado a desoír las recomendaciones de las autoridades respecto de los cuidados necesarios, sino también porque por su dinámica es más difícil imponer restricciones a la población.

De ahí que las autoridades nacionales hayan clasificado a estas tres ciudades en situación de “contagio desbordado”, lo cual implica que los respectivos gobiernos locales deben reforzar las medidas necesarias para evitar que el número de personas infectadas siga creciendo al ritmo de las últimas semanas.

Al parecer así está sucediendo. Santa Cruz de la Sierra observa restricciones en los horarios de funcionamiento de sus actividades económicas y hasta en la circulación de personas, lo cual sin embargo no impide que en plazas y parques se vea aglomeraciones con muchas personas que no observan las medidas mínimas de bioseguridad, como usar barbijo, por ejemplo.

En Cochabamba, el gobierno municipal inició el fin de semana el endurecimiento de los controles para el cumplimiento de protocolos y medidas de bioseguridad, lo cual incluye apagar las luces navideñas de las áreas públicas con mayor afluencia de personas y reducir los horarios de circulación. El alcalde interino anunció para hoy una reunión con todos los sectores posibles a fin de consensuar más medidas de protección evitando sin embargo volver a la cuarentena rígida.

Finalmente, en La Paz se ha comenzado a imponer medidas de restricción por zonas, siendo Miraflores y Sopocachi las dos primeras en ver un control redoblado en las actividades económicas, así como intensos rastrillajes para identificar personas infectadas con el temible virus.

Es evidente que por ahora todo cuidado es poco, lo que implica que junto con los obligados esfuerzos de las autoridades por contener las infecciones y habilitar medidas y lugares para el tratamiento de las personas enfermas, toca a la población hacer su parte redoblando los cuidados personales y de las familias. Solo así será posible afrontar la amenaza del COVID-19 y salir airosos de la experiencia.