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Medios y democracia

Aunque la verdad histórica sobre lo sucedido en octubre y noviembre de 2019 está todavía por contarse (y dada la polarización actual no será pronto), sí hay muchos aspectos que merecen y están recibiendo atención de centros de investigación, entre ellos el de los actores políticos que emergieron en la crisis; en ese contexto, los medios de comunicación también fueron protagonistas.

Una investigación de la Fundación Friedrich Ebert (FES) recientemente publicada bajo el título Nuevo mapa de actores de Bolivia ofrece en nueve ensayos sendas aproximaciones a los actores y agentes que participaron activamente durante la crisis, ofreciendo, como ha señalado el Coordinador de la investigación en nuestro programa en vivo Piedra, papel y tinta, una mirada que “sale de esa dicotomía sin grises de fraude versus golpe y trata de asumir una posición más analítica, tomando distancia de las narrativas polarizantes”.

Uno de tales ensayos aborda el papel desempeñado por los medios de comunicación, y, según su coautora, Susana Bejarano, reafirma la “alineación de los medios de comunicación a un nuevo bloque de poder”, en alusión al gobierno transitorio. A partir de un análisis de titulares, noticias y encuadres noticiosos, la politóloga y el escritor y periodista Fernando Molina demuestran lo que ellos llaman una ”transformación instantánea de la hegemonía”, la misma que cumplió una función “restauradora y contrarrevolucionaria”, acabando con más de un lustro de poder sobre los medios del gobierno del MAS.

El propósito de quienes firman el ensayo es demostrar que en Bolivia ocurrió un proceso de “hegemonía instantánea”, señalando elementos tales como la existencia de una relación “muy estrecha” entre los campos político y mediático; que la nombrada “transformación” se produjo en cuestión de “horas”; que los medios de comunicación “tuvieron un alineamiento político muy claro” y que ese “alineamiento político fue a favor del bloque ‘posevista’”.

La evidencia mostrada, concentrada mayormente en el estudio de un puñado de medios de comunicación de gran audiencia nacional, debe llevar a la reflexión sobre el momento que atraviesa el periodismo y la calidad en el ejercicio del oficio; si es evidente la relación “muy estrecha” de algunos medios con el poder político y la red de intereses que despliega, significa que la independencia que algunos enarbolan existe únicamente en el eslogan.

Los medios de comunicación atraviesan una circunstancia históricamente adversa, pues a la amenaza de los nuevos medios, que están acabando con un modelo de negocio más que centenario, se le suma la sistemática afectación a su credibilidad, obra de ataques con interés político, en unos casos, o de mala práctica profesional, en otros. Las y los periodistas son quienes deben salvar el honor y la dignidad de su profesión en su ejercicio cotidiano. En este diario hacemos causa de esa idea.