Oportunidad exportadora
Hay sectores en los que Bolivia tiene hoy grandes oportunidades para fortalecer sus exportaciones.
El país está siendo favorecido por el aumento de precios de varias de sus principales exportaciones. Es posiblemente el mejor escenario externo de los últimos años. Estamos ante una oportunidad que no deberíamos perder. Urge un esfuerzo conjunto entre el Estado y el sector privado para reforzar la capacidad productiva de los sectores que mejor pueden aprovechar este contexto.
Según el Instituto Nacional de Estadística, entre enero y mayo de 2021 las exportaciones del país alcanzaron los $us 3.994 millones, un 51% más que el mismo periodo de 2020. Es también destacable que hayan sido las exportaciones no tradicionales las que tuvieron el mejor desempeño: aumentaron en 61% en valor y 19% en volumen. Gracias a este excelente desempeño, el superávit comercial se elevó a $us 638 millones, el más alto desde 2015. Situación que contribuirá, entre otros beneficios, a la mejora de las reservas internacionales y la estabilidad macroeconómica del país.
Estamos ante tendencias que están siendo impulsadas por el significativo aumento de precios de las commodities en los mercados globales, principalmente de la soya, el estaño, el cobre e incluso de los hidrocarburos. Los especialistas indican que esta situación tiene que ver, en parte, con la reactivación de la economía en el Asia, después de la gran contracción producida por la pandemia. Por otro lado, dicha tendencia se consolida con la creciente necesidad de ciertos minerales y materias primas para la adecuación mundial a un nuevo patrón de uso de energía basado en la electricidad. Existen por tanto, tanto razones coyunturales como razones estructurales que explican el aumento de precios de las materias primas. Si bien no se sabe con certeza todavía la dimensión y temporalidad de esta expansión, lo más probable es que este buen contexto se mantenga hasta el primer semestre del próximo año y que luego se modere aunque siendo intenso en el mercado del cobre, litio, estaño y otros minerales estratégicos.
En síntesis, hay sectores en los que Bolivia tiene en la actualidad grandes oportunidades para fortalecer sus exportaciones. Los primeros ejemplos de la lista son los productos agroindustriales y de la minería tradicional, pero también de los nuevos tipos de explotaciones ligadas al complejo del litio en el suroeste.
Para concretar este nuevo impulso exportador, crucial para la estabilidad económica, se precisa un sólido trabajo mancomunado entre el Estado y los diversos actores privados del sector. Se sabe que para viabilizar un escenario óptimo hay que resolver los cuellos de botella que dificultan el dinamismo de algunas exportaciones, se necesita garantizar grandes inversiones en algunos rubros y redoblar los esfuerzos para modernizar las infraestructuras de transporte y logística.
Hay, por tanto, una interesante y constructiva agenda de diálogo y de acuerdos público-privados que se debe encarar y resolver para avanzar en todos esos retos. Sería un grave error que el país no pueda aprovechar al máximo esta favorable coyuntura externa.