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Exportaciones, la buena noticia

Las exportaciones están experimentando una coyuntura muy favorable, justo cuando el país necesita impulsar su economía para superar la contracción de 2020. Son buenas noticias que deberían motivar una reflexión del Gobierno y de la sociedad sobre la importancia estratégica de este sector y la necesidad de consolidar esa tendencia positiva en el largo plazo con políticas y acuerdos adecuados.

Hasta agosto de este año, las exportaciones han alcanzado $us 7.034 millones, cifra 64% más elevada que la registrada el año pasado en similar periodo, cuando alcanzaron solo $us 4.270 millones. Es el mejor desempeño desde 2014, cuando éstas alcanzaron $us 8.940 millones hasta agosto.

Este es un comportamiento que ayuda a reactivar varios sectores clave del aparato productivo después de un año para el olvido. Adicionalmente, esto está permitiendo acumular un superávit de la balanza comercial de $us 1.360 millones, después de varios años de déficits permanentes. Gracias a estas divisas se está pudiendo estabilizar el flujo de reservas de divisas, tan necesarias para mantener la estabilidad cambiaria.

Por otra parte, los sectores exportadores más dinámicos se han diversificado, ya no es solamente la venta de gas la que está impulsando las ventas externas, sino también la minería del oro, zinc y plata, y una gama interesante de productos no tradicionales, como la soya o la quinua, algunos de ellos con cierto valor agregado industrial.

Hay que reconocer que este panorama está recibiendo el viento de cola del aumento de precios de la energía, minerales y alimentos en los mercados globales debido a la reactivación simultánea de muchas economías. No hay consenso sobre la duración de esta coyuntura positiva; algunas voces dicen que se estabilizará a inicios del próximo año y otras que hay razones estructurales para que algunos de los precios de esos bienes transables se mantengan elevados por cambios de largo plazo en su demanda y oferta mundial.

Es probable que 2021 cierre como uno de los mejores años para las exportaciones del último decenio. Es un alivio para la economía nacional en un momento en el que necesitamos apoyo para salir adelante. Pero debería ser también entendido como una oportunidad, es decir como un punto de partida favorable para relanzar el sector exportador, de manera que este crecimiento no sea solo coyuntural, sino que mantenga su buen ritmo por varios años.

La expansión actual muestra que hay potencial y que hay sectores que pueden aprovechar este impulso para consolidarse. Para eso, es crucial que el Estado y el sector exportador coincidan en una agenda de trabajo conjunta para resolver los obstáculos que impiden un crecimiento aún más pronunciado y para construir un entorno favorable para los productores de todos los tamaños y regiones del país. Sería una lástima si no aprovechamos estas oportunidades de manera inteligente. Puede que no se repitan por varios años.