Confianza en los bancos
La respuesta de las autoridades y de los propios bancos debe ser rápida y contundente.
La confianza en el sistema financiero es uno de los pilares de la estabilidad económica. Preocupa que personas inescrupulosas se estén dedicando a erosionarla manipulando eventos dolosos que habrían afectado a algunas entidades bancarias. La respuesta de las autoridades y de los propios bancos debe ser rápida y contundente, despejando las dudas y asegurando que los afectados serán atendidos.
En estas semanas han aparecido denuncias y rumores que se refieren a supuestos desfalcos de cuentas de clientes de algunos bancos del sistema. Obviamente eso ha generado preocupación y alarma en muchos ciudadanos. Las autoridades del sector han informado que se habrían producido ciertos eventos producto de “hackeos” de dispositivos móviles que los usuarios utilizan para acceder a sus cuentas, pero también han descartado que se trate de una vulneración grave de los sistemas informáticos de las entidades afectadas. La investigación estaría en curso.
Como muchos rumores dañinos, su origen es un hecho que se ha producido, pero que luego es magnificado y manipulado para afectar negativamente la reputación de bancos o de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi).
Este tipo de acciones son reprochables y muy peligrosas porque la solidez del sistema financiero se basa en la confianza de los depositantes de que sus recursos están bien resguardados. Cuando se generan sentimientos de inseguridad o de duda sobre este aspecto, se pueden inducir comportamientos apresurados que si se masifican podrían impactar gravemente en todo el sistema. En pocas palabras, se está jugando con fuego.
Justamente porque no es una cuestión menor y por sus riesgos para la economía, se precisa de una acción enérgica y oportuna de los responsables de las entidades afectadas y de las autoridades gubernamentales. En primer lugar, esclareciendo las situaciones y aportando información clara y certera sobre el número de eventos, su dimensión y las razones de su ocurrencia. La transparencia es un instrumento central en estos casos.
Por otra parte, se esperaría una actitud eficaz y rápida de las entidades involucradas para tranquilizar a sus clientes, prestarles toda la información que requieren y apoyar a los que podrían haber sido afectados. En un mundo en el que las percepciones son vitales para incidir en las actitudes y comportamientos, no se puede dejar las cosas al azar, hay que reforzar la sensación de escucha, protección y atención de los usuarios del sistema financiero.
Finalmente, estos eventos deberían servir también para que los medios de comunicación y todos los ciudadanos reflexionemos sobre la prudencia que se debe guardar al compartir ciertos datos en redes y otros canales de información. Sería deplorable que las inquinas políticas irracionales produzcan daños que toda la sociedad va a lamentar.