Economía y salud, el vaso medio lleno
Esos logros tienen limitaciones y requieren ser consolidados, hay muchas tareas pendientes.
Las perspectivas de la economía y de la situación sanitaria, a pocas semanas de que se cumpla el primer año del gobierno de Luis Arce, presentan señales positivas. Se ha recuperado cierta estabilidad que el país necesitaba. Sin embargo, la tarea sigue siendo inmensa. Se necesita consolidar los avances y muchos riesgos están lejos de haberse despejado.
A fines de 2020, la situación del país era muy delicada en todos sus ámbitos; posteriormente, la elección democrática de un nuevo gobierno apenas estaba canalizando una aguda y violenta crisis política que nos sigue afectando hasta ahora, la actividad económica venía de sufrir una contracción histórica y la situación sanitaria puso a prueba al conjunto de la sociedad.
Se ha hablado mucho de los graves errores y delitos del gobierno de Áñez en el ámbito del respeto a los derechos humanos, pero se menciona menos el desorden, impericia y corrupción que campearon en el Estado durante esa administración. El resultado fue una pandemia descontrolada, restricciones mal planificadas que descompusieron la economía por casi un semestre, una inversión pública paralizada por una mezcla de desconocimiento y corrupción y un largo etcétera de desbarajustes.
Igual que este medio ha sido insistente en su preocupación por la polarización y la confrontación política en este año (en la que el oficialismo tiene su parte de responsabilidad), tampoco se puede dejar de reconocer que la gestión económica y sanitaria del nuevo Gobierno ha sido capaz de estabilizar una situación que era muy difícil. Siempre se puede mejorar y hubo en estos meses errores y dubitaciones. Por ahora el balance es globalmente positivo.
Los indicadores de recuperación de la actividad son favorables, el sistema financiero ha resistido la crisis, la inflación se está conteniendo e incluso en el complejo tema de las reservas de divisas (que preocupaba enormemente), se ha logrado un equilibrio gracias a un muy buen desempeño del sector externo.
En materia sanitaria, se debe resaltar el buen trabajo realizado en la provisión de pruebas y vacunas para hacer frente a la pandemia y la puesta en marcha de una estrategia, no siempre fácil, de coordinación intergubernamental para encarar las sucesivas olas de contagio. En esta semana, las autoridades del sector, con buen tino, han hecho un llamado a movilizar esfuerzos y se han empezado trabajos conjuntos de planificación antes de que la esperada cuarta ola crezca. Parece que algunas lecciones se han aprendido y eso redunda una acción más oportuna.
Ese esfuerzo genera certezas y ha abierto un espacio para que la ciudadanía empiece a normalizar sus actividades. Obviamente, esos logros tienen limitaciones y requieren ser consolidados, hay muchas tareas pendientes, hay áreas donde la gestión es deficiente y aparecen nuevos problemas que se debe resolver con prontitud. Sin embargo, con todo, parece haberse evitado lo peor. Un logro que no es menor en este mundo tan desafiante que nos toca atravesar como región.