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Dudas latinoamericanas

Datos recientes muestran que la pandemia ha profundizado la desconfianza en los gobernantes y en las élites políticas en América Latina. Al mismo tiempo, la población les reclama respuestas rápidas a los problemas suscitados por la pandemia y la crisis económica. Las condiciones de gobernabilidad en la mayoría de los países de la región son hoy en día precarias.

La salud democrática es frágil en este lado del mundo. Según el Latinobarómetro 2021, el 49% de los latinoamericanos considera que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno, el 70% está insatisfecho de la manera cómo funciona y el 51% dice que podría estar de acuerdo con un gobierno no democrático si resuelve los problemas.

Ya en su último reporte, en 2019, esta entidad había indicado que los indicadores sobre la confianza en las instituciones y el apoyo a la democracia habían sufrido su mayor caída de los últimos 10 años. Dos años después y con la pandemia en medio, la situación no se ha deteriorado aún más pero tampoco ha mejorado sustantivamente.

Esa grave dificultad para consolidar una gobernabilidad democrática se ratifica a la vista de la inestabilidad política que enfrentan muchos países, la aguda polarización y las grandes resistencias sociales frente a medidas que asumen los gobernantes. En muchos lugares, el voto contra los poderes y élites de turno es lo que explica algunos resultados electorales sorprendentes.

Un repaso rápido nos muestra sociedades muy divididas por la política en Brasil, Argentina, Colombia, México, Bolivia, Honduras o Perú. Por otra parte, cada vez más gobiernos deben ejercer sus responsabilidades sin mayorías legislativas y con un apoyo muy reducido de votos en primeras vueltas fragmentadas, es el caso de Castillo en Perú, Giammattei en Guatemala, Alvarado en Costa Rica o Lasso en Ecuador.

Incluso en Chile, alabado por décadas como un ejemplo de consenso político y de reformas tecnocráticas, se está llevando a cabo un vanguardista proceso constituyente que puede replantear todo su modelo socioeconómico, además de una inédita primera vuelta presidencial en algunas semanas más en las que las preferencias están encabezadas por el candidato de la izquierda, Gabriel Boric, y de la extrema derecha, José Antonio Kast, mientras los partidos centristas de izquierda y derecha que se alternaron en el gobierno desde 1990 aparecen sin posibilidades.

Son tiempos de incertidumbre y muy complicados para los gobernantes de todos los signos ideológicos. Al mismo tiempo, las necesidades sociales y económicas son monumentales, hay riesgo de perder lo avanzado e incluso retroceder. Las élites políticas, comunicacionales, empresariales y sociales tienen una gran responsabilidad para encaminar esta situación y actuar con prudencia, de manera que la región encuentre una nueva senda de estabilidad y progreso social.