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Recuperación y empresa

A pocos días de acabar el año, los empresarios privados del país han ofrecido sus balances de la gestión, destacando que hubo recuperación, pero también calificándola de insuficiente. Contrabando es la palabra más citada entre los líderes del empresariado boliviano para nombrar el problema mayor.

Para el empresariado privado del país, la demanda común es estabilidad, lo cual requiere alianzas y menos conflictividad política; también coinciden en que el crecimiento ha sido escaso y muy inferior a sus expectativas para el año. El mal a combatir en primer lugar, han afirmado por separado, es el contrabando, estimulado por la devaluación de las monedas de la región y, a su vez, causante de una creciente informalidad en el comercio.

El Presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia ha pedido en nombre de su gremio “priorizar la agenda económica y productiva sobre la agenda política”, pues la confrontación, característica del desempeño de la clase política este año, “nos divide y nos empobrece”. Según la valoración de su gremio, la recuperación económica del país fue “insuficiente y heterogénea”, pues el desempleo y el subempleo siguen siendo muy altos. Asimismo, para los empresarios, el contrabando y la informalidad asociada con éste, los conflictos políticos y sociales, y un sistema de justicia “cada vez más devaluado” generan “mucha incertidumbre” para la inversión.

Coincide en gran medida el Presidente de la Cámara Nacional de Industrias con la valoración de su par e identifica el contrabando, la informalidad, la falta de liquidez en el mercado, los conflictos políticos y sociales, y la ruptura de las cadenas de provisión como los principales riesgos para el crecimiento del sector manufacturero. Los industriales también observan la lentitud en la vacunación como un problema, pues el riesgo asociado con el COVID-19 implica un costo extra y “una carga adicional en un entorno muy agresivo para la actividad industrial”.

Finalmente, los agroindustriales, reunidos en la Cámara Agropecuaria del Oriente, destacan que el suyo es el sector que más aporta al Producto Interno Bruto, con un 18% del total. Aseguran que tal importancia en la economía del país se produce incluso a pesar de que la superficie cultivada se ha incrementado casi nada en los últimos dos años. El gremio insiste en que la única manera de volver competitiva la producción boliviana es a través de la introducción de biotecnología y semillas genéticamente modificadas.

El empresariado privado quiere, pues, estabilidad y certidumbre, necesarias para la reproducción del capital, y sin duda toca al Gobierno hacer esfuerzos suficientes para favorecer la iniciativa privada, cuya presencia e importancia para la economía del país son indiscutibles. Toca, por su parte, al empresariado poner también de su parte favoreciendo la creación de empleo y las condiciones necesarias para reactivar los mercados de los que depende de manera evidente.