Anhelos para el 2022
Ojalá este 2022 primen el bien común y el bienestar colectivo por encima de los intereses particulares.
Además del necesario balance del período que finaliza, el inicio de un nuevo año suele traer consigo un conjunto de planes y deseos. Esta suerte de proyección se apoya tanto en posibilidades como en esperanzas. Claro que no solo las personas iniciamos así el año. También hay anhelos grupales y colectivos. Incluso podemos imaginar lo que quisiéramos para el país en este 2022.
Si cabría sumar voluntades para diseñar la agenda pública nacional en este nuevo año, ¿cuál sería? Como deseo quizás el más relevante es que, más allá de la polarización política, las y los bolivianos podamos construir espacios de encuentro y de convivencia en democracia. Las heridas que dejó la coyuntura crítica de fines de 2019, dos masacres incluidas, permanecen abiertas. Ni siquiera hemos logrado ponernos de acuerdo en la reparación de daños a las víctimas. Es necesario cerrar esas heridas.
Otro deseo para nuestra sociedad es que podamos completar, o al menos ampliar sustantivamente, la cobertura de vacunación contra el COVID-19. Más de la mitad de la población, en especial en ciudades intermedias y áreas rurales, aún no ha recibido la vacuna. Y ya sabemos que la pandemia llegó para quedarse, con sus nuevas olas y diferentes variantes del virus. Claro que no basta la vacunación: es fundamental avanzar hacia un sistema de salud pública robusto para no depender de los mercaderes del sector.
Por supuesto también quisiéramos que, navegando la crisis, haya sólidas y sostenibles políticas de reactivación económica, con mantenimiento de la estabilidad, con diversificación productiva y redistribución. Ciertamente es importante que la economía del país y de las familias mejore, pero sobre todo es fundamental seguir reduciendo la pobreza y la extrema pobreza, así como cerrar las brechas de desigualdad. Así, es deseable que este 2022 cada vez más personas tengan empleo digno e ingresos estables y suficientes.
La agenda de anhelos para el país puede ser abultada. Esperemos que luego de un año perdido (con criminal clausura del año escolar) y otro todavía débil, se pueda fortalecer el sistema educativo con iguales oportunidades y condiciones para todos. También quisiéramos que este nuevo año sea fundacional para la reforma del sistema de administración de justicia, incluidos el Ministerio Público y la Policía. La lista sigue: lucha contra la corrupción, cuidado de la Madre Tierra, libertades, soberanía.
Muchos deseos implican grandes expectativas, que pueden ser un impulso para la acción colectiva, pero también fuente de frustraciones. Ojalá este 2022 primen el bien común y el bienestar colectivo por encima de los intereses particulares. Ojalá tengamos más palabras para tender puentes que relatos que polarizan y dividen. Ojalá que los políticos y gobernantes piensen más en la sociedad que en ellos mismos. Ojalá, en fin, haya más justicia social y menos “modelos” asentados en desigualdad y privilegios.