Cambios en el gabinete
Inciden confianza y competencia técnica, así como la disponibilidad, las presiones políticas, los equilibrios y las necesidades de gestión.
El próximo 22 de enero, en la conmemoración del Día del Estado Plurinacional, el presidente Luis Arce brindará un mensaje en la Casa Grande del Pueblo. Debido a la pandemia por el COVID-19, esta vez no habrá ningún acto masivo. Como sea, el centro de atención estará en el posible cambio de ministros, que hoy es objeto de especulación y de pugnas internas en el oficialismo.
Entre las atribuciones presidenciales establecidas en la Constitución, una muy importante es la designación de ministros que componen su gabinete. Claro que se trata de una formalidad. El Presidente ciertamente tiene la decisión final, pero en el proceso de designación de ministros de Estado intervienen un conjunto de variables, actores e intereses. Inciden la confianza y la competencia técnica, así como la disponibilidad, las presiones políticas, los equilibrios y las necesidades de gestión.
En el período de la democracia pactada con neoliberalismo (1985-2005), las coaliciones de gobierno se formaban negociando cargos entre los socios políticos. Así, una práctica común, muchas veces grosera, fue el cuoteo partidario de ministros y, en general, de todos los puestos en la estructura del Ejecutivo y anexos. En el período de gobierno del MAS como partido predominante, la presión por los cargos proviene no de otros partidos, sino de sectores sociales. Hay también disputas internas.
Con menos vínculo orgánico que su antecesor con los movimientos sociales y gremios que forman parte del instrumento político, el presidente Arce inició su gobierno con un gabinete que combina su círculo de confianza en el área económica, algunos personajes del masismo en carteras políticas y varios ministros de bajo perfil. En 14 meses de gestión, salvo muy pocos cambios puntuales (dos de ellos por denuncias de corrupción), Arce mantuvo su gabinete. Se espera que este 22 de enero haya cambios.
Más allá de las evaluaciones que suelen hacer las organizaciones sociales y de los mensajes enviados por el expresidente y jefe del MAS, Evo Morales, la pregunta en torno al gabinete es por qué el Presidente debería mantener o cambiar ministros. Se esperaría en principio que la designación de nuevos ministros responda a criterios técnicos y objetivos de gestión. Claro que también cuentan la experiencia y el perfil político, que pueden ser valiosos para enfrentar situaciones de crisis y escenarios de conflicto.
¿Habrá cambio de ministros? ¿Cuántos? ¿Cuáles? Existe mucha especulación al respecto. Mientras en el oficialismo hay diferentes señales y silencios, la oposición anticipa, por enésima vez, “guerra interna del MAS” (sic) con aires de división. Lo sabremos pronto, cuando el presidente Arce tome decisiones no solo sobre su gabinete, sino en especial respecto al rumbo del país en un año decisivo para la reactivación económica, la reforma judicial, la crisis sanitaria, la calidad educativa y, por favor, el reencuentro.