Mercados de capitales
Esta operación se realizó justo un día antes del empeoramiento del contexto por la crisis ucraniana.
El país ha logrado completar una importante operación de canje de bonos de la deuda soberana. Esta es una señal importante en un momento en el que, por varias razones, está aumentando la incertidumbre en la economía global. Sin embargo, la gestión del financiamiento externo sigue siendo un aspecto clave para que el país supere este tiempo de tormentas en buenas condiciones.
El Ministerio de Economía y Finanzas Públicas informó que Bolivia concretó una operación de canje de bonos soberanos emitidos en las gestiones 2012, 2013 y 2017 que involucraron a $us 850 millones de deuda externa a privados que tenían un vencimiento próximo. Esta nueva emisión de títulos de deuda determinó una tasa de interés de 7,5% y un vencimiento de ocho años.
Se trata de una operación de manejo de pasivos de deuda soberana, en su jerga técnica, bastante usual en la gestión que hacen muchos países de su endeudamiento externo. A grandes rasgos, se trata de cambiar deuda que se vencerá en el corto plazo y por tanto que hay que pagar en algunos meses más, que implica un esfuerzo financiero importante y un gasto de reservas de divisas, por otra que tendrá un plazo de vencimiento más largo. Eso aliviará las cuentas externas de la nación en el corto plazo y liberará algunos recursos para otros fines.
Las condiciones financieras de colocación de los bonos son más exigentes que cuando fueron emitidas. Ahora se está pagando una tasa de interés más elevada pero que es consistente con el encarecimiento de ese tipo de financiamientos en todo el mundo y nuestro nivel de riesgo país. Basta mencionar, comparativamente, que algunos países latinoamericanos están ofertando tasas superiores al 8% para colocar nuevos bonos de deuda soberana y algunos ni siquiera tienen acceso a esos mercados.
Esta operación se realizó justo un día antes del empeoramiento del contexto por la crisis ucraniana que augura un mayor endurecimiento de los mercados financieros para los próximos meses. Por tanto, parecería que el panorama será aún más difícil para futuras operaciones, al menos durante lo que resta de este año.
El oxígeno que aporta a las finanzas públicas y a las reservas es importante pero debe ser reforzado con otras políticas de manejo de financiamiento externo que permitan al país consolidar una cartera de recursos frescos en divisas a tasas y condiciones razonables para este año y el próximo. Habrá que ver si se puede avanzar con proyectos innovadores con algunas entidades multilaterales, por ejemplo. Todo lo cual precisa de una sólida estrategia financiera pero igualmente de relaciones diplomáticas.