Icono del sitio La Razón

Los juicios de Áñez

La expresidenta del régimen provisorio Jeanine Áñez declaró finalmente en el caso Golpe de Estado II. Esta vez no tuvo crisis de ansiedad y habló con firmeza. Calificó el proceso ordinario como político, demandó juicio de responsabilidades, echó la culpa al expresidente Morales y dijo que “no movió un dedo” para ser presidenta. Luego se negó a responder preguntas.

Tras superarse todas las excepciones e incidentes que pretendían seguir dilatando el inicio del juicio, el proceso avanza con lentitud y tuvo su primer momento importante con la declaración de Áñez, juzgada en su condición de exsenadora. Se la acusa de los delitos de incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución, por los cuales podría recibir una condena de hasta 12 años de prisión. El proceso abarca también a los altos mandos militares y policiales de la crisis de 2019.

¿Qué dijo Áñez en su declaración? En esencia, reiteró de manera articulada todo lo que había venido señalando desde su autoproclamación como presidenta del Estado: que Evo es culpable de los hechos por su insistencia en la reelección; que se produjo un vacío de poder por las renuncias de toda la línea de sucesión constitucional; que ella no estaba interesada en ser presidenta pero le tocaba en su condición de segunda vicepresidenta del Senado; que tuvo que asumir esa responsabilidad para pacificar el país…

A diferencia de una anterior declaración informativa, donde contó en detalle su versión de los hechos, incluyendo algunas revelaciones y diferentes nombres, esta vez Áñez se cuidó de no involucrar a nadie. Así, lo que dijo ahora es tan importante como lo que calló. En esta ocasión, por ejemplo, aunque las mencionó, restó centralidad a las reuniones en la UCB, donde algunos políticos y diplomáticos, con el aval de la jerarquía católica, diseñaron y operaron el llamado Plan B para su autoproclamación.

A tiempo de alegar su inocencia, deplorar su condición de “presa política” y desconocer el proceso ordinario, Áñez dijo algo fundamental: que en su condición de expresidenta tendría que ser sometida a un juicio de responsabilidades. “Eso es lo que corresponde. Yo no eludo mi responsabilidad ni he pedido nunca impunidad”. El problema es que cuatro proposiciones acusatorias para juicio de responsabilidades, entre ellas por las masacres de Sacaba y Senkata, están bloqueadas por la oposición en la Asamblea.

Si Áñez se limitó a ver su nombre en los medios y no hizo nada para ser presidenta, el proceso ordinario tendría que develar quiénes operaron el plan para su autoproclamación por fuera del marco constitucional, incluyendo la disposición de helicópteros de la Fuerza Aérea, espacios militares y policiales, y hasta vehículos diplomáticos. Tendría que saberse, para empezar, por qué le “mandaron a decir” que vaya al Hotel Casa Grande para verse con Fernando Camacho (y otros nueve hombres) y hablar de “asumir el cargo”.