Crisis del turismo
Un claro indicador del estado de postración en que se encuentra el sector es la ocupación de camas en hoteles.
Así como hubo negocios que florecieron con la pandemia y la infinidad de restricciones que se implementaron para evitar el avance de la infecciosa enfermedad, hubo otros negocios que se vieron afectados hasta extremos preocupantes, como el turismo, que hasta 2019 tuvo un notable desarrollo, interrumpido por la aparición y diseminación del virus que todavía hoy causa gran preocupación.
Un claro indicador del estado de postración en que se encuentra el sector es la ocupación de camas en los hoteles. La Cámara Hotelera paceña ha lanzado la voz de alerta señalando que si en 2019 la ocupación llegaba a 60%, en el primer trimestre de 2022 apenas llega al 15%. La gerenta de la organización afirma que solo en la gestión pasada el sector hotelero perdió más de $us 30 millones; hoteles cerrados y otros que han sido puestos en venta son uno de los indicadores del estado del sector, del cual, se estima, viven hasta 400.000 personas cuyos empleos hoy están en riesgo.
Para el Gobierno la situación no parece tan desesperada. A inicios de abril, el presidente Luis Arce destacó que en enero el valor de las ventas en los hoteles se incrementó 22% con relación al mismo mes de 2021, facturando $us 6 millones; igualmente, el transporte aéreo subió en estos indicadores 113% y $us 27 millones, respectivamente. Muestras de un buen panorama para el turismo, según las autoridades.
Dos son las grandes preocupaciones para las y los empresarios hoteleros: por una parte la crisis financiera del sector, en el que se hicieron importantes inversiones entre 2018 y 2019, y que ha provocado que muchos empresarios afectados por la pandemia y sus efectos sean considerados clientes de riesgo en la banca comercial, y al mismo tiempo, por no pertenecer a un sector productivo tradicional, no son tenidos en cuenta como beneficiarios de los Fideicomisos para la Reactivación y Desarrollo de la Industria Nacional (Firedin) que administra el Ministerio de Desarrollo Productivo.
Por otra parte, preocupa a los sectores hotelero y turístico lo que consideran “trabas burocráticas” en las nuevas normativas aplicadas por la Dirección General de Migración a turistas extranjeros que ingresan al país; específicamente se refieren a un nuevo formulario que los extranjeros deben llenar al llegar y mientras visitan el país, declarando todos los lugares que recorren en su estadía. Además de ser invasivo, tiene el problema que la página web donde se llena el formulario habitualmente no funciona.
Se trata, pues, de un sector que parece agobiado y seguramente se sumará al de otros empresarios que rechazan el incremento salarial prometido por el Gobierno. Mientras tanto, ningún sector gubernamental, comenzando por el viceministerio del ramo, parece estar verdaderamente preocupado por fomentar una actividad que ya había comenzado a producir importantes ingresos económicos al país y, sobre todo, estaba poniendo a Bolivia como destino turístico global.