La interminable brecha
Hoy las mujeres continúan rezagadas en la mayoría de los ámbitos.
Las mujeres no acceden al mundo empresarial en igualdad de condiciones con los varones, no solo porque ganan salarios menores por hacer el mismo trabajo, sin importar el lugar en la escala jerárquica, sino porque tampoco acceden en gran número a los puestos altos de esa escala; y si quisieran emprender por su cuenta, descubrirían que solo una de cada 10 accede a créditos.
Son algunos de los muchos datos expuestos días atrás en el foro “Juntos por el empoderamiento empresarial de las mujeres”, organizado por el Pacto Global en Bolivia, la Confederación de Empresarios Privados, ONU Mujeres y el PNUD, donde se evidenció una vez más el tamaño y las características de la brecha que separa a hombres y mujeres y que causa enormes costos sociales y financieros, que hasta ahora no terminan de ser resueltos.
El presidente de la Confederación de Empresarios reconoció que en condiciones “naturales”, cerrar la brecha de género en el mundo empresarial tomaría 267 años; “la igualdad de género significa un progreso, un avance para la humanidad”, sintetizó luego de enumerar el conjunto de transformaciones que deberían introducirse en las empresas a fin de eliminar la desigualdad y la violencia, incluyendo políticas de tolerancia cero a la discriminación y la violencia, garantía de igual goce de derechos e inversión en el empoderamiento económico de las mujeres.
No es para menos, pues un estudio realizado en medianas y grandes empresas de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz revela que la participación promedio de las mujeres en la empresa es de 35% (41% en las medianas empresas, 32% en las grandes); se trata del promedio de mujeres empleadas en las empresas sin importar su jerarquía. En la industria hay menos mujeres: 27% de la planilla; y en el sector comercio muchas más: 46%. En el sector comercio el 41% de los puestos de mando son ocupados por mujeres, en el sector industrial llegan apenas al 24% y en el sector servicios, al 22%.
El acceso a créditos está negado para el 87% de las mujeres, según la representante de ONU Mujeres en Bolivia, lo cual produce un círculo vicioso que impide cerrar la brecha de género. Para la directora de Negocio de BID Invest hay suficiente evidencia de que las mujeres son mejores ahorradoras y pagadoras, y de que cuando las mujeres se hacen cargo de la gestión de las finanzas hay mejores inversiones, pues se priorizan formación, alimentación y salud.
Se trata de asuntos identificados y reclamados desde hace décadas, y que siguen sin salir de los foros y otros ámbitos de debate, donde los actores de los ámbitos público y privado reconocen lo mucho que falta por hacer, pero rara vez convierten en acción los comprometidos discursos que se pronuncian. Hoy las mujeres continúan rezagadas en la mayoría de los ámbitos y pareciera que las políticas de acción afirmativa siguen siendo insuficientes. A pesar de la evidente necesidad, el patriarcado se resiste a ceder espacios a las mujeres.