Censo e inversión pública
Es evidente la importancia política que tiene y tendrá la realización del Censo de Población y Vivienda.
El nombramiento de un nuevo Ministro de Planificación del Desarrollo no es un cambio menor en el esquema de gobierno del presidente Luis Arce. La nueva autoridad tendrá a su cargo dos aspectos críticos de la gestión gubernamental: la realización del nuevo Censo y la dinamización de la inversión pública para mantener el crecimiento de la economía.
Se sabe que la inversión pública es uno de los pilares del modelo económico del oficialismo. Dimensión aún más importante en una coyuntura en la que se debe hacer frente al riesgo de una desaceleración del crecimiento de la economía y en la que hay que diversificar las fuentes de financiamiento para esas inversiones.
Por otra parte, es evidente la importancia política que tiene y tendrá la realización del Censo de Población y Vivienda, a cargo de esa cartera del Estado, no tanto por su valiosa contribución al conocimiento de la realidad social y demográfica del país, sino por sus implicaciones en la distribución de recursos a municipios y departamentos o en la redefinición de la distribución territorial del número de representantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Aspectos siempre conflictivos y cargados de intereses partidarios y sectoriales.
El nombramiento de Sergio Cusicanqui, un economista que trabajó junto al primer mandatario cuando éste se desempeñaba como ministro de Economía, es una señal de la relevancia que el Presidente le asigna a este ministerio en los desafíos futuros del Gobierno.
Los retos de la nueva autoridad son grandes. El Censo será seguramente una de sus preocupaciones urgentes, los tiempos son extremadamente justos, el operativo es complejo y no habrá mucha indulgencia de los políticos, las autoridades regionales y la opinión pública ante cualquier tropiezo o error en ese proceso, aunque sean involuntarios. Habrá que desplegar, entre otras cosas, una gran sensibilidad política, transparencia y capacidad de comunicación en la tarea.
Más allá de esta problemática, la gestión de la inversión pública no es un tema secundario en este momento: se trata del gran instrumento del Estado para seguir impulsando la actividad económica y requiere, por tanto, mayor agilidad y eficiencia en su ejecución a corto, mediano y largo plazo.
Adicionalmente, conociendo las restricciones que tienen hoy las finanzas públicas por la evolución compleja del escenario económico y las limitaciones de los recursos propios para atender todas las necesidades, el nuevo ministro tendrá también que ampliar las fuentes de financiamiento externo mediante una relación mucho más fluida e innovadora con bancos multilaterales y otras entidades que puedan colaborar con recursos frescos al país. Grandes desafíos para la nueva autoridad.