Una bomba de tiempo
Tarde o temprano la situación se volverá insostenible y habrá que tomar decisiones radicales.
Un reciente informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) revela que en la última década el parque automotor del país se ha duplicado: de 1.082.984 motorizados en 2011 a 2.226.662 en 2021. El explosivo crecimiento en el número de vehículos que circulan en calles y carreteras del país tiene varias posibles causas, pero sobre todo previsibles consecuencias negativas.
Según el informe del INE, Santa Cruz es el departamento con más motorizados: 774.472 unidades, equivalentes al 34,8% del total; le siguen La Paz, con 517.277, el 23,2%, y Cochabamba, con 478.251, es decir el 21,5%. Después de los departamentos del eje se encuentra Tarija, que hasta 2021 tenía el 5,6% (125.024) del parque automotor del país, y continuaban Oruro, con el 5% (111.767); Chuquisaca, con el 3,8% (84.473); Potosí, con el 3,4% (76.650); Beni, con el 2,3% (52.037) y, por último, Pando, con el 0,3% (6.711 vehículos).
El informe estadístico también revela que, aunque las imágenes cotidianas en las calles de las principales capitales parezcan demostrar lo contrario, el 92,9% de los 2,2 millones de vehículos que circulan por el territorio nacional son de servicio particular; el 5,5% (122.712) pertenece a la categoría de público y el 1,6% (36.148), de servicio oficial. Clasificados por antigüedad, los coches contabilizados se distribuyen así: el 22,4% fue fabricado entre 2016 y 2020; el 21% entre 2011 y 2015; y el 13,1% entre 1996 y 2000; es fácil imaginar que el casi 44% restante tiene 25 años de antigüedad o más.
Para el Secretario de Movilidad Urbana del Gobierno Municipal de La Paz, este incremento sostenido es un problema, tomando en cuenta las características de la ciudad y sus estrechas calles, a lo que añade las “malas prácticas” de los ciudadanos, que ocupan cuanto espacio libre encuentran para parquear sus automóviles o hacer paradas momentáneas, sin mencionar la escasa cultura vial de la mayor parte de las y los conductores.
La autoridad municipal paceña identifica, sin embargo, una oportunidad al señalar que está en curso un plan para rehabilitar los parqueos tarifados, que se espera sean más que antes; asimismo podría modificarse la política de restricción de circulación según días y número de placa de control (lo que a su vez debería obligar a los efectivos de Tránsito a ser más rigurosos con este asunto).
Sin embargo, la verdadera bomba de tiempo no está en el hecho de que las calles de la ciudad no puedan soportar más coches circulando (o estacionados arbitrariamente), sino en que el incremento del parque automotor viene acompañado de idéntico incremento en el consumo de combustibles, que gozan de una subvención cada vez más onerosa para el Estado, tanto por la creciente cantidad de motorizados como por el sostenido incremento en los precios internacionales de los carburantes. Tarde o temprano la situación se volverá insostenible y habrá que tomar decisiones radicales, con todo el costo político, económico y social que ello implica.