En lugar de “Nueva”, ahora se autodenomina “Federal”. El cambio no es irrelevante. Viejas banderas para reciclados aleteos. La Fuerza Republicana está de estreno. Lo que no muda es su líder histérico: Manfred. Pero más allá de que ahora se llame FRF en lugar de NFR (la hojarasca siempre será eso: hojarasca), lo más interesante es el estilo. La flamante organización política, que ya anuncia prematuras lides electorales, no nació en plaza pública con discursos, multitud, fiesta popular. Fuerza Republicana Federal, “instrumento político del verdadero cambio” (sic), fue lanzada en un céntrico hotel aprovechando el cumpleaños de su jefe que, prófugo de la justicia, se conectó por internet. Así, este nuevo impulso republic/ano inaugura una novísima forma partido. Atrás quedaron los añejos partidos de cuadros y de masas. Hoy la alternativa es el partido-skype. Tiemblen oficialistas, celebren pueblos. Y adelante joposición con su independencia.