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¿Qué pasa si Irlanda entra en default?

La gran Sala de la Coronación del Ayuntamiento de Aquisgrán, la capital europea de Carlomagno, se iluminó el jueves para entregarle al ministro de   Economía alemán, Wolfgang Schäuble, el Premio Internacional Karl por su contribución a la unidad europea y al mantentimiento de la moneda única. Exactamente a 1990 kilómetros al sudoeste, en la capital griega de Atenas, el gobierno y la ciudadanía ponían de manifiesto qué desunida está Europa de un extremo a otro, y cuántos peligros corre el euro.

Frangela. La salida de Grecia de Eurolandia empieza a ser tomada como un dato, antes que como una hipótesis, en los centros del poder europeo. El dúo melódico Frangela (el presidente socialista francés François Hollande y la canciller democristiana Angela Merkel), que sucedió al aún más consonante Merkozy (la misma Angie y el presidente francés saliente Nicolas Sarkozy), ya anunciaron en su primera reunión cara a cara, con la berlinesa Puerta de Brandeburgo de fondo, que están dispuestos a aceptar cualquier decisión de los helenos. Habrá que esperar a qué gobierno se forma, si es que alguno se forma, en las elecciones griegas del 17 de junio.

Amarillo. Con menos prensa que España en los países hispanófonos, otros dos países inquietan en verdad a aquéllos a quienes importa la unidad política europea, el futuro de la moneda común y, todavía más, el porvenir económico de los ciudadanos del continente.

Los dos fueron tomados y propuestos, en la década de 1990, como modelos de un milagro económico con receta garantizada. Los dos pasaron de ser países expulsivos de migrantes a receptores de una inmigración con la que no sabían cómo convivir. El primero es un país marginal y latino, Portugal; el segundo es un país marginal (o mejor, periférico), pero no latino, Irlanda, aunque también sea una nación católica.

Rojo. De la verde Eire, la Irlanda que fue la última colonia británica en Europa, se ocupa un oportuno volumen, de plural y óptimo enfoque académico, que acaba de publicarse en inglés. ¿What if England defaults? (¿Qué pasa si Irlanda entra en cesación internacional de pagos?), difundido hace dos semanas en Irlanda, agotó de inmediato su primera edición. La traducción española ya está en curso.

Tequila. El libro, organizado y compilado por el economista irlandés Tony Phillips, que vivió mucho tiempo en la Argentina que siguió a la crisis de 2001, ostenta numerosas firmas bien conocidas por quienes se interesan por estas cuestiones.

La mejor conocida por quienes no se interesan tanto es la del estadounidense Joseph Stiglitz, execonomista jefe del Banco Mundial y Premio Nobel de Economía 2001.
Stiglitz escribe el segundo capítulo del libro. Lleva un título médico y epidemiológico: “Crisis y contagio”. Enfoca uno de los temas que introducen un coeficiente de deformación y también de multiplicación, en la crisis, a la que coloca en una perspectiva histórica, remontándola a las crisis anteriores de 1997 en el sudeste asiático, en México, en Rusia.

Ouzo. Hubo un “efecto Tequila”, un “efecto Vodka”, que dejaron sus resacas. Hoy existe, en fórmula que propone el irlandés Phillips, un “efecto Ouzo”, llamado así por la dulce pero traicionera bebida alcohólica griega, que se mezcla con agua como el Pernod.

En la sección dedicada en el libro a estudios de países, Phillips es el autor del capítulo 9, que estudia y vincula la crisis europea con una solución sudamericana. El capítulo se titula “La deuda externa pública irlandesa: Una visión desde el objetivo del default Argentino”.

Phillips trata del fin de la convertibilidad entre el peso y el dólar, y de la currency board o “canasta de monedas” con el dólar y aun el euro, según la expresión del exministro argentino Domingo Cavallo, que ataba el desarrollo y el crecimiento económicos a una pureza monetarista que el tiempo, y la recesión de 1998, volvieron insostenible.

Sudamérica. Phillips se ocupa también de los efectos ulteriores del efecto Tequila que siguió al tratado de Libre Comercio de México con Estados Unidos. Y explica estrategias usadas en Brasil, mayor país del Mercosur (Mercado Común del Sur), y en el dolarizado Ecuador.

El artículo no es inocente de lo que en inglés se llama policy-making: es decir, que Phillips recomienda estas políticas sudamericanas —o lo mejor de ellas— al público, pero sobre todo a los políticos, de Irlanda.

Ironías. En el libro faltan autores griegos. Según informa el propio Phillips a La Razón, él mismo se está dedicando, ahora mismo, y en el terreno, a estudiar la actualidad de Grecia. Los griegos —comenta Phillips— ya superaron con su default de 100 mil millones de euros al récord argentino. Pronto superarán su propio y pasado récord personal. Lo harán en junio, según preanunció el  primer ministro tecnócrata de transición, exalumno del Massachusetts Institute of Techonology (MIT), exbanquero central europeo, Lukas Papademos.

Como Cavallo, el economista griego da clases en Harvard. Una vez más, la historia se repite en sus detalles, pero, por una vez, éstos se dieron primero en América del Sur.