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Lo que hace el desdecirse

Gualberto Cusi ha debido pasar duros momentos en el Tribunal Constitucional luego de sindicar a algunos de sus colegas de permitir la injerencia de los órganos Legislativo y Ejecutivo en un fallo vinculado a una acción contra la consulta en el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

Pedido de renuncia y advertencia de juicios de responsabilidades de por medio, el magistrado tuvo que retractarse de sus declaraciones, con lo que quedó casi cerrado el asunto. Sin embargo, en parte de la opinión pública ha quedado la idea de que Cusi fue obligado a expresarse así para evitar más represalias.

Otro caso que removió la polémica en el país fue el bullado rumor que por Twitter hizo circular el líder de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, quien insinuó que el presidente Evo Morales embarazó a una menor, hija de una de sus ministras.

Si bien el empresario y político ofreció disculpas a las aludidas y prometió no hablar más del asunto, las dudas siguen flotando respecto de la nueva paternidad del Jefe del Estado, a pesar de que éste dijo más de una vez que lo de Doria Medina son mentiras ante la falta de propuestas políticas. A la par, han quedado dudas más grandes sobre la paternidad del líder político, a quien le llovieron fuertes cuestionamientos.

Pudo el dirigente mostrar las pruebas, y no exigir que se investigue el caso a sola insinuación suya, para asegurarse la credibilidad. No lo hizo y, al contrario, retrocedió, aunque no se retractó, en su postura políticamente mal intencionada.

En ambos casos, los protagonistas fueron censurados por su propio vocabulario (Doria Medina twiteó un solo mensaje el día de las disculpas y Cusi no habló más del tema, ni siquiera para leer su carta de retractación), lo que complica su credibilidad ante la opinión pública.

Es cierto, todo el mundo tiene derecho a denunciar y disentir, lo mejor sería que lo haga con pruebas y convicción, para no desdecirse.

El editor