Icono del sitio La Razón

La región apuesta al uso de las aguas del Silala, la quinua y el turismo

Los números sonríen a la región potosina y tienen una explicación: los buenos precios de los minerales en el mercado internacional. La labor metalúrgica es el sostén de la economía, la que se verá robustecida con la explotación e industrialización del litio del salar de Uyuni. Pero, ¿es posible pensar un futuro más allá de la minería? La Gobernación responde que sí, y apunta al uso de aguas del Silala, el cultivo de quinua y el turismo.

Las estadísticas de la Fundación Milenio demuestran la dependencia metalúrgica del departamento en su Producto Interno Bruto (PIB). La minería contribuyó en 2011 con 38,9% de los ingresos de éste, seguido de lejos por el comercio, con 9,1%; la agricultura, silvicultura, caza y pesca, con 8,7%; los establecimientos financieros, con 7,5%; la construcción, con 5,8%; las industrias manufactureras, con 4,2%, y otras actividades económicas lo hacen con el 25,8% restante.

Producción. A la par, las transferencias y regalías que reciben la Gobernación, los municipios y las universidades públicas se incrementaron significativamente desde 2005, señala el informe de Milenio, cuando recibieron Bs 524 millones, ya que el año pasado percibieron Bs 2.049 millones; guarismo en el que tuvo mucho que ver la metalurgia. Y el fenómeno también se presenta en las exportaciones mineras potosinas, que baten récords cada año.

Si en 2005 se vendieron al exterior minerales por un valor de $us 264 millones, una gestión después la cifra casi se duplicó a $us 558 millones; en 2007 se elevó a $us 814 millones; un año más tarde a $us 1.356 millones; en 2009 a $us 1.403 millones; en 2010 a $us 1.783 millones y en 2011, a $us 2.452 millones. Al respecto, Milenio informa que los cuatro principales productos fueron la plata, zinc, plomo y estaño, que en conjunto implican 95,4% del total.

Según el secretario de Desarrollo Agropecuario y Seguridad Alimentaria de la Gobernación, Raúl Mendizábal, la región ahora apostará por industrializar las materias primas que aprovecha en su territorio. Asimismo, los principales proyectos para diversificar la economía involucran a la quinua, el uso de las aguas del Silala y el turismo, aunque igualmente hay otros en el rubro de la carne de camélidos y plantas procesadoras de frutas, maíz, trigo.

Está en camino el armado de una máquina industrializadora y clasificadora de quinua, que cuenta con una inversión aprobada de Bs 10 millones, señala el funcionario. De acuerdo con informes gubernamentales, hasta fin de año al menos 100 mil hectáreas del grano se plantarán en Bolivia, con una producción actual que bordea las 44 mil toneladas, de las cuales 26 mil son destinadas al exterior, donde cada vez hay más demanda.

Potosí concentra el grueso de las plantaciones de este alimento. Una de las instituciones que brinda más apoyo a los agricultores es la Fundación Fautapo-Compasur, cuyo responsable del Programa Quinua, David Soraide, comenta que se trabaja en municipios de las provincias potosinas Daniel Campos, Enrique Baldiviezo, Nor y Sur Lípez, y Guijarro, aparte de otros de Oruro. Los resultados han permitido lograr quinua orgánica, o sea, ecológica.

Mendizábal añade que otros dos nichos en los que se trabajará son la industria sin chimeneas, en la que se implementará siete proyectos para renovar y promocionar los atractivos turísticos, y la utilización de las aguas del Silala, en la frontera con Chile, con emprendimientos que impulsarán la crianza de truchas —que fue recientemente iniciado—, una planta envasadora de agua natural y el armado de una hidroeléctrica.

Sin embargo, no se pierde de vista el robustecimiento de la actividad minera. Más aún porque el Órgano Ejecutivo ha decidido de una vez inaugurar la era del litio, con un complejo destinado a la producción experimental de baterías de litio en la exfactoría de volatilización de La Palca; el primer paso para el aprovechamiento de este recurso que cunde en el salar de Uyuni.

El presidente de la Federación de Empresarios de Potosí, Jaime Uzquiano, plantea como imperiosa la necesidad de diversificar la economía del departamento. “La dependencia tan fuerte que tenemos respecto a los recursos naturales no se la ha sabido aprovechar. Ahora tenemos que impulsar el cultivo y la transformación de la quinua, porque 90% de las plantaciones de este alimento están en esta región, y tenemos que impulsar el turismo”.

Uzquiano también hace referencia a la construcción del aeropuerto Capitán Rojas —que ya cuenta con el aval gubernamental—, para que lleguen naves comerciales. “Así se puede fomentar más el turismo, junto a la remodelación del casco histórico. Y el siguiente paso es contar con un parque industrial, lo que generará inversiones dentro y fuera del país. Y ahora que tenemos caminos, tenemos que generar polos de desarrollo en urbes intermedias”.

Potosí es el segundo exportador

De acuerdo con datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, Potosí es el segundo departamento exportador de Bolivia, con más de $us 2.451 millones, sólo detrás de Tarija, que vendió a otros países más de $us 2.609 millones el año pasado. Son las dos caras de la medalla en cuanto a la comercialización de materias primas al extranjero, la minería y los hidrocarburos, respectivamente. Muy cerca se encuentra Santa Cruz, con más de $us 2.122 millones, seguidos por Oruro, con $us 605,9 millones; La Paz, con $us 539,2 millones; Cochabamba, con $us 593,5 millones; Chuquisaca, con $us 244,4 millones; Beni, con $us 129 millones, y Pando, con $us 17,8 millones. Los cuatro principales productos que Potosí comercializó a otros continentes en 2011 son: minerales de plata y sus concentrados, con $us 942,8 millones del total; mineral de zinc y sus concentrados, con $us 821,7 millones; plata en bruto, con 263,5 millones, y minerales de plomo y sus concentrados, con $us 220,4 millones.