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Asesinos precoces

Si dependiera de algunos operadores mediáticos —en especial con sede en Madrid, Caracas y Miami—, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, estaría enterrado hace por lo menos 18 meses. Ya entonces, a mediados de 2011, cuando Chávez informó por primera vez que tenía cáncer, algunos diarios, citando “reportes médicos confidenciales”, anunciaron la “inminente muerte” del Presidente en “no más de dos o tres meses”.

Poco después, en enero de 2012, cuando Chávez enfrentó una nueva operación, esos mismos diarios afirmaron que el venezolano tenía “los días contados”. Esta vez señalaban como “prueba” que Chávez había cancelado un viaje a Moscú y, claro, supuestos informes “en poder de servicios de inteligencia” (sic).

Y siguieron. Durante los meses previos a las elecciones presidenciales del 7 de octubre, los heraldos de la muerte se empeñaron en asegurar que, según “reportes médicos filtrados”, Chávez habría de fallecer antes de los comicios. Le daban pocas semanas, tras lo cual se produciría un golpe.

El problema con semejantes anuncios, que bien pueden calificarse de asesinos precoces, no es tanto que reflejen deseos e intereses de ciertos operadores mediáticos. El problema es que tales anuncios se hacen pasar ¡por información! Y en esa condición manipulan, engañan, mienten.

En estos días, cómo no, dichos medios volvieron a la carga. El miércoles, el diario español ABC abrió su edición con la “noticia” de que Chávez “ha entrado en un coma inducido”. Más todavía: “informa” que la desconexión puede producirse cualquier momento. Se basa, nuevamente, en “fuentes de inteligencia con acceso a su equipo médico”.

La “primicia”, por lo menos, resulta sospechosa. Fue este mismo diario —el ABC de la falsedad— el que a las cinco de la tarde del día de las elecciones en Venezuela, citando como fuente una “consulta en boca de urna”, proclamó al candidato de la oposición, Henrique Capriles, como “vencedor”, con el 51,3% de los votos (decimales incluidos). Mintieron. Siguen mintiendo. Ah, prensa amarilla. Ah, medios necrófilos.