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Oposición prevé que sus éxitos regionales influyan en 2014

La oposición conformada por las agrupaciones que participaron de manera conjunta en las elecciones de 2011 en Sucre y de este año en el Beni quiere creer que la fórmula de alianzas utilizada para derrotar regionalmente al Movimiento Al Socialismo (MAS) y no dispersar los votos puede funcionar si se reedita en los comicios generales de 2014. Mientras que el Movimiento Sin Miedo (MSM), que optó por presentarse a esas dos justas electorales de manera independiente, tuvo resultados desastrosos en ambos.

Los dos experimentos han sido hasta hoy exitosos y sólo el tiempo dirá si son homogéneos y no corren la suerte de alianzas como las de Poder Democrático y Social (Podemos) o lo que sucede con las pugnas internas actuales de Convergencia Nacional (CN) manifiestas desde el año pasado.

La pregunta es si la lógica en que funciona una votación regional es la misma en una votación nacional; y más aún, si una alianza, por más cohesionada que sea, es suficiente para hacer frente a la popularidad, innegable, del presidente Evo Morales, quien muy posiblemente será el candidato del MAS en 2014. Las oposiciones responden afirmativamente a ambos cuestionamientos.

Así, el expresidente del Senado y líder de Consenso Popular, Óscar Ortiz, asegura que los opositores no tuvieron resultados electorales bajos. “Nunca se consiguió una base de votación desdeñable. Se ha estado entre el 45% y 40% de los votos. Ahora, esos sufragios se han dispersado, pero hay una base importante de población que siempre ha estado en desacuerdo con el MAS”.

Lo que va a definir la próxima elección, prevé, será “el 20% o el 25% de votantes urbanos que en un momento tuvo esperanzas en que el MAS sea el futuro para el país”, pero que hoy está “desencantado”. “Por eso se ve a un MAS cada vez más nervioso por el voto de las ciudades, pues está claro que se ha quedado sin bandera”, juzga.

Sin embargo, recalca que lo que los unifique al momento de crear  un frente único no tiene que ser el hecho de “estar en contra de Morales o el MAS”, sino un proyecto en función de “una visión afín” sobre el futuro del país.

Considerando que ni sumando el total de los votos dispersos obtenidos por todos los grupos opositores en las elecciones generales de 2009, como las de 2005, sirven para superar los sufragios que en cada una de estas ocasiones consiguió el MAS, se evidencia una tarea difícil para la oposición.

En la elección de 2009, todas las fuerzas opositoras juntas llegaron a un 34,9%, una cantidad por demás pobre, más aún si se considera que se están sumando los sufragios repartidos entre Alianza Social (AS), de René Joaquino; Unidad Nacional (UN), de Samuel Doria Medina; y CN.

Si se hace el mismo ejercicio con las elecciones de 2005 se tiene que los votos de la oposición, sumando los de UN, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), Podemos y el Movimiento Indígena Pachakuti (MIP), hacen un 45,1% del total. 

Al tomar en cuenta estos resultados, el hecho de que las oposiciones fuercen a una segunda vuelta en 2014 sería una victoria para ellos, aún cuando perdieran posteriormente. Mayor éxito les significaría que logren arrebatar al MAS los dos tercios en la Asamblea Legislativa Plurinacional. La esperanza a la que se aferran tiene su origen, como se dijo, en sus éxitos en las elecciones municipales de Sucre (2011) y las departamentales del Beni (2013), además de otros ejemplos aún menores como el de Quillacollo y Bermejo.

En Sucre, UN retiró su candidato  y el postulante de Libertad Democracia Renovadora (Lider), Moisés Torres, obtuvo el 46,3% de votos; el segundo lugar fue para Iván Arciénaga, del MAS, con 38%.

En Beni, este año, Carmelo Lens, de Primero el Beni, logró 52,27% de los sufragios; Jessica Jordan, del MAS, 44,35%; Pedro Nuni, del Frente para la Victoria y aliado del MSM, el 2,65%. El diputado de UN Jaime Navarro afirma que lo hecho en Beni “fue un gran avance para la democracia”, pues el frente opositor eligió a su candidato basándose en encuestas que ellos realizaron. Propone que se haga lo mismo para 2014.

Este optimismo, sin embargo, no tiene sostén, según el senador del MAS Adolfo Mendoza, para quien esos éxitos son una reiteración de tendencias electorales que siguieron su curso más allá de las alianzas y encuestas que hayan hecho los opositores en sus “mesas de unidad”. “La lógica de un comicio regional es muy otra que la de uno nacional”, asegura. Si en 2014 la oposición no logra    “recuperar” el poder, será testigo de     la prolongación de la hegemonía del MAS y de Evo Morales.