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Alfredo Rada: ‘No encuentro dirigentes con el liderazgo de Evo’

Cuando el 22 de abril regresó —después de siete años— al Palacio Quemado sintió nostalgia. En 2006, su primer cargo público fue de viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, cartera inédita en el aparato estatal. Es por eso que le preguntó a Evo Morales cuál iba a ser su labor específica. El Mandatario le respondió: ‘Quiero que conviertas el Palacio de Gobierno en la Casa del Pueblo’. Lo logró, dice. Hoy vuelve al cargo después de pasar por el Ministerio de Gobierno y la Cancillería.

Se esperaba una ardua jornada. Comenta que al día atiende, por lo general, 12 audiencias que solicitan los movimientos sociales. Su trabajo es cansador —admite— pero al lograr los objetivos el agotamiento se pierde al instante. Sereno y educado, Alfredo Rada, mientras toma una taza de café, habla de la renovación de cuadros políticos en el oficialismo. Sorbo a sorbo no identifica un sucesor de Evo Morales, a quien califica como el único líder del denominado proceso de cambio.   

Vuelve al Viceministerio de Coordinación con los Movimientos Sociales después de siete años. En esa época existía cohesión dentro los sectores, pero con el tiempo emergieron algunas disidencias. Una de las tareas, explica, es lograr que las bases sindicales vuelvan al aparato político que lidera Morales.

— De nuevo en el Palacio Quemado, ¿cómo se siente?

— Sí, después de siete años. Estamos nuevamente en el cargo de viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, que es un despacho que nunca existió. Claro que es lógico que se haya creado en un gobierno como el de Evo Morales, que es un gobierno de los sectores sociales. Por lo tanto, tiene que haber una política permanente con las organizaciones sociales.

— ¿Volvió por invitación del presidente Evo Morales?

— No me gusta el término invitación. Vuelvo por convocatoria del Presidente, y como un militante revolucionario no puede desoír una convocatoria del Presidente…

— En 2006 había cohesión entre sectores sociales y Gobierno, hoy vemos algunas disidencias. ¿Cómo analiza los alejamientos de algunos movimientos sociales?

— En 2005 ganamos la elección por tres factores: uno, liderazgo. No es fácil construir un liderazgo social y político en Bolivia, eso toma más de una década, y el liderazgo expresado en Evo Morales es el primer factor de triunfo; segundo, fue el programa, propusimos un programa de transformaciones que fue avalado con el voto; y el tercero es un bloque social revolucionario, indígenas, campesinos, fabriles, mineros, vecinos, cooperativistas, transportistas, dentro de un mismo bloque revolucionario. Entonces, estos tres factores fueron los que dieron el triunfo…

— ¿Pero qué pasa con los sectores que se alejaron de este proceso?  

— Es cierto que con el pasar de los años lo que noto es que se mantiene el liderazgo. Evo Morales constituye un liderazgo fuerte; el segundo factor, que es el programa, se lo tiene que construir, es algo programático y Evo Morales propuso la necesidad de construir una Agenda Patriótica. Por lo tanto, el rearme programático también se está dando; y en el tercer factor, que es el bloque social revolucionario, es cierto que algunas organizaciones tomaron distancia del proceso, y una tarea de este viceministerio es contribuir a que estos  sectores vuelvan a acercarse…

— ¿Cómo lograr la reconciliación?

— Yo creo que lo harán en función de acuerdos programáticos, y ese programa es entendido como un conjunto de medidas de transformación y profundización del proceso.

— ¿Es sano para este proceso que dirigentes como Adolfo Chávez, que firmó acuerdo con Rubén Costas, se acerque nuevamente al Gobierno?

— Desde mi punto de vista, como una expresión personal, esos liderazgos han fracasado; es decir, esos dirigentes han fracasado y peor aún al vincularse a la derecha. Creo que el trabajo que hay que hacer es con la base sindical, con la base de las organizaciones sociales, con la base popular. Le doy un ejemplo, usted sabe que hay algunos dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB) que deciden tomar distancia, incluso llegando al punto de instrumento político, pero esa dirigencia, desde mi punto de vista, no expresa el sentir de la base laboral, y eso se vio este     1 de mayo, cuando la capacidad de convocatoria que se vio en la plaza Murillo y en la marcha en Santa Cruz fue superior a la marcha de la COB. Eso demuestra que hay dirigencias que al parecer perdieron contacto con su propia base, estoy convencido de que el compañero Morales y este proceso de transformaciones tienen respaldo en la base laboral y sindical. 

— Ya en el cargo nuevamente, ¿qué análisis hace del trabajo de la actual dirigencia de la COB?

— En el caso de la COB hay nuevas dirigencias. Al compañero Juan Carlos Trujillo (ejecutivo de la COB) lo veo como un dirigente joven. Claro que esa juventud trae un factor en contra, que es la inexperiencia. Me da la impresión de que la dirigencia de Trujillo es todavía algo por asentarse o consolidarse. En ese sentido, hay una diferencia con las dirigencias históricas de la COB; antes los dirigentes como Juan Lechín Oquendo o Simón Reyes conducían la COB, en cambio ahora veo que los dirigentes en vez de conducir se dejan conducir. Entonces, noto esa diferencia.

— ¿Y los otros sectores?

— En el conjunto de las otras organizaciones sociales, con relación a 2006, noto una saludable renovación que con el transcurso del tiempo se fueron apoderando de este proceso de cambio. Era distinto en 2006 cuando había aún una actitud reivindicacionista; en cambio, noto ahora que comienzan a asumirse como parte del Estado, como parte del Gobierno y, por lo tanto, son capaces de tomar actitudes programáticas. Hay tareas pendientes para fortalecer ese nexo entre organizaciones sociales y Estado, y una de las tareas que debemos encarar este año es el control social.

— ¿Sigue siendo parte de la Escuela de Formación Política del MAS?

— Sí, sigo siendo parte…

— ¿Ve un sustituto de Evo Morales?

— No creo que se trate de buscar sustitutos a Evo Morales, no lo creo. El liderazgo de Evo es un liderazgo plenamente vigente; además que se proyectará en los próximos años. Evo Morales es el líder, dentro del campo popular, con mayor proyección nacional e internacional…

— ¿Y qué pasará con este proceso cuando Evo Morales carezca de ese liderazgo?

— Lo que se trata es fortalecer a las organizaciones sociales, fortalecer las posiciones revolucionarias, y para ello se necesita formación política e ideológica. Entonces, la labor que se hace es fortalecer el proceso con nuevo cuadros políticos…

— ¿Dentro de los sectores sociales habrá un líder capaz de conducir este proceso como Evo Morales?

— De conducir no, no encuentro. Encuentro muy buenos dirigentes sectoriales, muy buenos dirigentes sindicales, pero no encuentro que  puedan proyectar un liderazgo nacional como el que tiene Evo Morales. Este proyecto político que se traduce en liderazgo, programa y base social revolucionaria, va camino a su consolidación por los siguientes años. Y más aún cuando no existe  un proyecto alternativo como el del MAS (Movimiento Al Socialismo).

— ¿Eso puede garantizar la continuidad del MAS en el Gobierno?

— Es que no hay un proyecto de país; esa derecha bochinchera no tiene un proyecto de país. Cuando hablamos de un proyecto, estamos hablando de un proyecto a largo plazo. Escuché a los dirigentes de la derecha decir “primero veremos dónde ir y luego escogeremos el chofer”. Les respondo que ellos no tienen capacidad de ofrecerle al país un largo viaje hacia la transformación social, lo más que pueden hacer es el trameo político.

— No se ve un líder similar a Evo Morales, ¿pero habrá dirigentes capaces de ocupar cargos como senadores o diputados?

— Se está dando no sólo un proceso de renovación en las organizaciones sociales, sino también un proceso de ideologización. Cuando en un 1 de mayo, con presencia multitudinaria en la plaza Murillo, se entona La Internacional, se asume un compromiso político. Esto es un dato de la realidad que muestra un proceso de ideologización. Con esta política sí existen cuadros políticos para ocupar esos cargos; en eso se está trabajando actualmente.

Perfil

Nombre: Alfredo Rada Vélez

Nació: 03-07-1965

Profesión: Sociólogo y economista

Cargo: Viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales.

Carrera

Es analista en temas agrarios y exministro de Gobierno de Evo Morales. Trabajó con organizaciones campesinas e indígenas de tierras bajas. Fue investigador del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS) y  consultor en la Asamblea Legislativa. Actualmente es parte de la Escuela de Gestión Pública Plurinacional.

‘No hay niveles de preferencia hacia algunos sectores’

— Si los sectores sociales se dividen, ¿este proceso está en riesgo?

— La base obrera, laboral y popular terminará respaldando un proyecto político que es el más fuerte del campo popular que tiene proyección. Confío en que eso se dará. 

— Aparte de la gestión pública con sectores, ¿habrá tiempo para trabajar con las organizaciones sociales en la campaña hacia 2014?

— A este viceministerio le corresponde trabajar en el fortalecimiento y la coordinación con los sectores sociales; ya luego ellos diseñarán sus propias estrategias, eso corresponde a su autonomía. En realidad, más que enseñarle, vamos a aprender de ellos. Lo que sí plantearemos es una perspectiva antiimperialista, anticapitalista y socialista comunitaria en temas programáticas ideológicos. 

— ¿Para el Gobierno existen sectores clave de los cuales no debe alejarse?

— La virtud de Evo Morales es que, durante estos años, a ese núcleo inicial —que además fue el que gestó este proceso (campesinos originarios, indígenas, mujeres campesinas, comunidades interculturales)— incorporó cada vez más sectores. Lo vi reunido en estos días con transportistas, con mineros cooperativistas, con varios sectores, pero lo vi marchando en Santa Cruz con la base obrera, y eso me anima a decir que en lo esencial Evo Morales sigue siendo el revolucionario que llegó al Palacio de Gobierno en 2006. No creo que haya niveles de preferencia; lo que hay es una actitud abierta del Gobierno para trabajar con todos. 

— ¿Cómo ve el rol de los sectores sociales en América Latina?

— El internacionalismo revolucionario es parte de todo este proceso. Por supuesto que hay coordinaciones en el ámbito internacional, a nivel de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) y de la Unión de Naciones  Suramericanas (Unasur). No fue casual entonar La Internacional, demuestra el carácter internacional de este proceso, y por eso somos un referente para los movimientos sociales del exterior, que quieren replicar este modelo.