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Rebeca Delgado: Creemos en el liderazgo de Evo; la cúpula que lo rodea es la inorgánica

Recuerda que conoció a Evo Morales en la década de los 90, cuando defendió a los cocaleros. Hoy, señala que el Presidente mantiene su ideología y lucha política; sin embargo, denuncia que su entorno lo ha aislado de los sectores sociales y que le transmite información tergiversada e insuficiente. Actualmente atraviesa un momento difícil en el Movimiento Al Socialismo (MAS): perdió la confianza del Jefe del Estado y se encuentra enfrentada con el vicepresidente Álvaro García Linera.

Hace ocho meses era una de las personas más cercanas al presidente Evo Morales y con más poder en el Movimiento Al Socialismo (MAS). Hoy, todo esto cambió. Rebeca Delgado asegura que los roces y diferencias con el vicepresidente Álvaro García Linera y el ministro de Gobierno, Carlos Romero, por observar el proyecto de Ley de Extinción de Dominio de Bienes a favor del Estado, en noviembre de 2012, le pasaron factura. 

La diputada se reunió el miércoles 12 con su bancada y el Vicepresidente para limar asperezas; la intención quedó nula. Una semana después la acusaron de tráfico de influencias en el Órgano Judicial y anunció juicios. Se acercó a disidentes del oficialismo, lo que también le trajo críticas. Eso sí, afirma que continúa confiando en el liderazgo de Morales y que los “inorgánicos” están en la cúpula que lo rodea.   

— ¿Éste es el momento más difícil en su carrera política?

— No, el más difícil fue lo que viví en La Glorieta (Sucre), en 2007, en un cuartel militar donde aprobamos en grande la Constitución. O sea, para mí, el momento político más fuerte y de prueba de compromiso político fue en la Asamblea Constituyente.

— ¿Cómo califica este momento?

— Lo califico como un conflicto innecesario, desproporcionado, que no debía haberse generado porque lo que se necesitaba era que se entienda lo que queríamos hacer varios asambleístas, exconstituyentes, dirigentes de organizaciones. Básicamente, era fortalecer la democracia interna en el MAS; aunque eso no se entendió.

— ¿Cómo ingresó al MAS?

— Ingresé en 2006. Siempre me de-sempeñé en el ámbito institucional. Son más de 15 años como servidora pública: trabajé en derechos humanos, fui juez, defensora pública, vocal de la ex Corte Departamental Electoral de Cochabamba, funcionaria de la Defensoría del Pueblo, es decir, mi trabajo siempre fue institucional y académico. A finales de 2005, organizaciones de mujeres plantearon mi nombre para ir como candidata para la Asamblea Constituyente. Mi reunión con el MAS fue en la Casa Campestre de Cochabamba; como candidata, la invitación que me hizo Evo Morales fue a través de estas organizaciones de mujeres.

— ¿Desde cuándo conoce a Evo Morales?

— Lo conocía cuando era dirigente cocalero en la década de los 90. Le cuento: una persona camuflada del Ministerio del Interior no quería que lo visite cuando (Morales) estaba detenido; le expliqué que él tenía derechos y logré verlo. No sé si esto lo supo algún día el Presidente, era un tiempo en el que no había defensa para los cocaleros, eran tiempos en los que todo era manejado por Carlos Sánchez Berzaín (exministro de Gonzalo Sánchez de Lozada), eran situaciones muy injustas para los cocaleros; incluso les fabricaban pruebas para vincularlos en casos de narcotráfico o de terrorismo. Así lo conocí a Morales y, por supuesto, mi admiración (hacia él fue) desde ese momento.  

— ¿Defendió a Evo Morales?

— Sí, cuando era coordinadora de Defensa Pública y me decían que era defensora de los cocaleros.

— ¿Constata diferencias entre el Evo Morales dirigente y el ahora Evo Morales presidente?

— La persona de lucha sigue siendo la misma: esa con ideología, con lucha política, que sufrió injusticias del sistema. En esencia, Evo Morales sigue siendo el mismo; sin embargo, creo que las cosas cambiaron cuando tuvo una centralización excesiva del poder. Fue cuando me referí a esa cúpula (que lo rodea), porque ahí fue cuando el Presidente ya no tuvo la misma relación de antes. Por ejemplo, diputados de la anterior gestión me comentaron que a sola llamada telefónica podían reunirse con él, y hay dirigentes que me dicen lo mismo; pero eso cambió, por seguridad me parece bien, aunque en determinado momento parece que está cercado, ya no es fácil acceder a él.

— ¿Y cuándo conoció al vicepresidente Álvaro García Linera?

— Cuando era candidata a diputada (2009). Lo conocí mucho menos, solamente sabía que tenía un grupo que era Comuna y que tenía mucha producción intelectual. Leía lo que escribía él y Raúl Prada (exconstituyente por el MAS). También fui defensora pública de todos los acusados del Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK) en Cochabamba y, así, conocía de la existencia de García. 

— ¿Desde cuándo tuvo una estrecha relación con García?

— Trabajé de manera cercana con él cuando era presidenta de la Cámara de Diputados (2012), después siempre fue una relación de trabajo, no cercana. El año pasado sí coordinaba con él todos los días…

— ¿Notó un cambio de actitud en el Vicepresidente?

— Yo creo que sigue siendo el mismo; seguramente donde hemos chocado es que yo no soy una persona transable y eso le debió incomodar…

— ¿El Vicepresidente trató de transar algún asunto con usted?

— Cuando creí que había una cosa que estaba mal, me plantó, como lo hice con el proyecto de Ley de Extinción de Dominio de Bienes a favor del Estado; me planté nomás y eso le debió incomodar…

— ¿Empezó ahí el conflicto?

— Sí, ahí empezó, porque antes teníamos una relación muy cordial y coordinaba todo, todas las leyes que entraban (a la Cámara Baja) las coordinaba con él; las observaba y él me decía cómo modificarlas. Las diferencias existieron cuando las cosas que se informaban parece que no llegaban tal cual como sucedían al presidente Morales; y él se enojó por mi actitud de dar a conocer la inconstitucionalidad del proyecto de Ley de Extinción de Dominio, pero lo hice porque era la única salida, si no me tenía que callar.

— ¿Hubo presiones para aprobar ese proyecto de ley?

— El Vicepresidente me llamó noche antes del feriado de Todos Santos (1 de noviembre) y me dijo: “Convoque (a sesión en la Cámara de Diputados) y antes del feriado aprueban y se van”. Le dije que no iba a aprobar la ley.

— ¿Tuvo siempre ese pensamiento crítico?

— Siempre tuve actitudes críticas, no sólo ahora. Cuando era juez no dejaba que me ordenen, incluso para liberar a algunas personas; fui siempre contestaría, nunca dejé que me presionen…

— ¿Su carácter no cambió?

— Mi carácter es el mismo, hay gente que me conoce y corrobora que siempre fui así. Nunca acepté manipulación política cuando era juez y cuando era defensora pública, también existía manipulación. No obedecía las instrucciones de Sánchez Berzaín cuando yo defendía a los cocaleros, entre ellos Evo Morales.

— Usted comenzó su carrera política cuando el MAS llegó al poder en 2006. ¿Cree que se están cumpliendo los lineamientos ideológicos y políticos del programa de gestión?

— Se han iniciado, eso es indudable. Lo importante fue la voluntad política de cambiar la Constitución, se ganó algo que en tantos años de vida republicana no se pudo hacer. En la oferta electoral habían cosas que se fueron cumpliendo, como la Asamblea Constituyente y la nacionalización de los hidrocarburos; pero siento que el debate constituyente no fue conocido y faltó compartirlo a muchas instancias, como al gabinete por ejemplo. Falta reorientar el debate constitucional y también debatir el Vivir Bien. Entonces tenemos que reorientar varias cosas, éste es el trabajo que quiero hacer…

— ¿Con el MAS o lejos del MAS?

— Por supuesto que con el MAS. Ahora el MAS ha dejado que otras personas se adueñen de esto (reorientar el proceso de cambio). Las cosas se construyen de abajo hacia arriba y las organizaciones sociales y el instrumento político deberían frenar a la gente que está usurpando el poder. Se debe promover el debate.

— Luego de estas diferencias, ¿logró hablar con el Presidente?

— Debí hablar dos veces con él después de esto, en reuniones de bancada; pero ya había una mala predisposición de parte del Jefe del Estado para entender algunas cosas. Ya no le llega información tal como debería llegarle, ahí hay cosas que se aumentan, cosas apresuradas…

— ¿Ese fue el último contacto con Evo Morales?

— Si, cuando era presidenta (de la Cámara Baja). Después ya como diputada de base, no tengo necesidad de coordinar con los jefes.

— ¿Los acercamientos que tuvo con disidentes del MAS, como Raúl Prada, tienen algún fin electoral?

— No, para nada. Empezamos esto hace cuatro semanas y para que no digan que estas reuniones son de conspiración, las hice públicas.

— ¿Quiénes están en ese grupo?

— La primera reunión fue en Achocalla (La Paz) y Raúl Prada, otros exconstituyentes, dirigentes sindicales de Santa Cruz, de la etnia de los mosetenes, asambleístas de la Cámara de Diputados. Hice esto público para evitar que llegue mal la información. Nuestra reunión fue pública y, a partir de ahí, hubo comunicaciones con Álex Contreras (exvocero gubernamental), Alejandro Almaraz (exviceministro); no hubo reuniones.

— ¿Comulga con el pensamiento de estos disidentes del MAS?

— Coincidimos en temas que son interesantes para el reforzamiento de la ideología política del MAS; entonces, decidimos reunirnos.

— ¿Lo hicieron?

— Estaba prevista la reunión para el anterior viernes (14 de junio), pero con todos los improperios y calificativos ya me desvinculé, no sé en qué quedaron. No considero traidoras a estas personas, se debería buscar un espacio para escucharlas.

— Raúl Prada convoca a hacer una ‘revolución en las calles’, ¿comparte esa posición?

— Desde el punto de vista ideológico, pero tendrá que hablar con él. Entiendo que hay que recuperar la movilización popular, comparto eso porque no surgimos de un grupo de élite, venimos de las organizaciones sociales.

— ¿En estas reuniones se habló de Evo Morales?

— Sí, (los disidentes) decían que creen en el liderazgo de Morales y que en el ámbito político —y le digo en los términos que se dijo— están enamorados del Presidente, pero también creemos que hay cosas que hay que reforzar por el bien del proceso.

— ¿Cómo puede acabar este gobierno si persisten estos conflictos?

— El presidente Evo Morales es el intelectual, yo que he trabajado con él confío mucho en su tino político. Él es quien tiene todo el tino político para continuar este proceso. Pero, lo que siento es que el Mandatario recibe insuficiente información y por eso los conflictos crecen, y eso daña al proceso de cambio y a la misma imagen del Presidente. Entonces, esa cúpula (que lo rodea) es la inorgánica, no nosotros, ellos (los de la cúpula) están dando mala información…

— ¿Quiénes conforman la cúpula?

— Lo dije y ahora se molestan, pero es el entorno del Presidente. Ellos son los inorgánicos, hacen las cosas como les parece, magnifican problemas y dan mala información al Jefe del Estado. Cuestioné a esa cúpula y se me cayó el mundo, sólo falta que se inventen que soy agente de la CIA.

— ¿Su futuro está en el MAS?

— Lo que veo es lo inmediato. Voy a terminar mi mandato dentro del MAS hasta fines de 2014. En ningún momento se pidió mi curul de asambleísta, sólamente hay voces intolerantes y apresuradas. Incluso señalan que quiero ser candidata para vicepresidente y eso es falso.

Perfil

Nombre: Rebeca Delgado Burgoa

Nació: 01-06-1966

Profesión: Abogada

Cargo: Diputada nacional

Carrera

Fue juez, parte de la representación del Defensor del Pueblo en Cochabamba y vocal de la ex Corte Departamental Electoral. En 2006 fue constituyente del MAS y en 2008, viceministra de Coordinación Gubernamental. Luego fue elegida diputada y en 2012 llegó a la Presidencia de la Cámara de Diputados.