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Avión contra avión

En la semana que termina, los medios de información se han ocupado de tres requisas confirmadas a aviones oficiales brasileños entre 2011 y 2012 por parte de efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN). Si bien el asunto desvió un poco la atención sobre otro caso, el intento de revisión y a su vez bloqueo del avión presidencial en Europa, al final terminó con un borrón y cuentas nuevas entre los gobiernos de Brasil y Bolivia.

El periódico brasileño Diario do Poder se encargó de difundir “información” en sentido de que una de esas revisiones fue motivada por la presencia en la nave del senador de Convergencia Nacional Róger Pinto, asilado en la Embajada de Brasil desde el 28 de mayo de 2012, e incluso ante el propio ministro de Defensa brasileño de entonces, Celso Amorim. La noticia se expandió como reguero de pólvora y de ella hicieron escarnio especialmente los políticos de la oposición del Gobierno.

Ha sido irresponsable en parte hacerse eco de esa publicación, considerando que ofrecía datos falsos y muy sensibles. Como las mismas autoridades brasileñas se encargaron de aclarar, la fecha de la supuesta requisa, octubre de 2011, no tenía ninguna relación con la también supuesta presencia del legislador. Éste fue acogido por Brasil siete meses después de aquel hecho. Claro, se confirmó que hubo esa revisión.

El caso ha tenido una coincidencia llamativa con el debate vigente sobre el bloqueo aéreo que sufrió entre el 2 y 3 de julio el presidente Morales por parte de Portugal, Francia, Italia y España. Aunque el impacto ha sido menor, tomando en cuenta el impasse superado con Brasil según el Gobierno, la atención de los medios se ha concentrado en este nuevo hecho (actualizado). Avión contra avión, son hechos muy aislados.

Lo cierto es que en ambos casos los países se disculpan. Lo hizo el viernes Morales con Brasil, y hasta ese día sólo faltaba Italia, sobre el   incidente en Europa.

El editor