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Octubre en la memoria

Octubre de 2003 no se entiende por la sola movilización que ese año logró la caída del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada. Si bien esa gesta social se decantó a partir de septiembre, muchos coinciden en que la Marcha por el Territorio y la Dignidad de 1990 fue la que germinó el proceso que enterró con el llamado sistema partidocrático en el país.

La larga caminata de indígenas de Moxos, en el Beni, que entonces llegó a La Paz, cuando presidía el país Jaime Paz Zamora, propuso la instalación de la Asamblea Constituyente, para la reforma del Estado, y consolidó sus derechos políticos, entre otras importantes demandas.

Lo que ocurrió en octubre de 2003 fue la puesta final en debate de aquellas iniciativas planteadas por los indígenas, sector que siempre fue invisibilizado por la comunidad nacional, las políticas públicas y el mismo Estado. Sin embargo, el conflicto planteó la misma caída de un sistema político caracterizado por el abuso en el uso de la representación democrática y por la gestión de la economía nacional bajo el mandato de organismos internacionales o la entrega de los recursos naturales a las empresas transnacionales, en desmedro del país.

Sin embargo, aquel octubre tuvo su septiembre, cuando un grupo de dirigentes de El Alto inició una marcha desde Caracollo en protesta por la aplicación de políticas públicas municipales ligadas al modelo neoliberal, como dicen los analistas. Los formularios Maya y Paya fueron la mecha que encendió el conflicto. Implicaban otro intento más de cargar a la ciudadanía la responsabilidad sobre la estabilidad económica del país.

Fue el mal menor que acabó con el mayor, la partidocracia tradicional y, en la medida en que se pudo, sus políticas. El anuncio de la venta del gas por puertos de Chile hacia México y Estados Unidos fue un motivo posterior, que resultó después secundario ante demandas más grandes, como la construcción de otro Estado a través de una nueva Constitución.

El editor