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Articulaciones políticas y opciones al posmasismo

La política en democracia por definición es articulación, que se traduce en acuerdos, alianzas o bloques políticos y/o ciudadanos que permitan construir alternativa para ganar elecciones y dirigir gobiernos nacional, departamental o municipal. Este principio adquiere características dependiendo de la fortaleza que tenga el sistema político de un país. En Bolivia, este sistema está formado por partidos políticos, agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas, según la Constitución. A ello deben sumarse sindicatos y otras organizaciones sociales que se han constituido en espacios de selección de candidatos, de debate y de decisiones políticas.

El 10 de octubre se cumplirá 31 años de vigencia de la democracia sin interrupciones en el país (el más largo de la historia republicana), y existen muchos aprendizajes; en lo que hace a las alianzas, hemos transcurrido desde Unidad Democrática y Popular (UDP) como la alianza de fuerzas de izquierda para la apertura democrática hasta las megacoaliciones que ordenaron la escena política del Estado neoliberal. Las razones por las que se consolidan alianzas pasan desde la convergencia de intereses de grupo o clase, hasta las ideológicas y políticas, lo que define si su fin es coyuntural o estratégico, o si se basa en principios o intereses.

Es fundamental que un nuevo tiempo en el país cuente con un panorama político electoral plural y propositivo desde todas las posiciones ideológicas y políticas. Saludamos las iniciativas que estos días hemos conocido. La conformación del Frente Amplio para respaldar la candidatura de Samuel Doria Medina y el Movimiento Demócrata Social (MDS), con Rubén Costas, fortalece y le da mayor claridad al proceso electoral de cara a las elecciones de 2014. Para el Movimiento Sin Miedo (MSM), un bipartidismo, al que algunas fuerzas apuntan, son visiones coyunturales asentadas en la polaridad. Una alternativa nace de la democracia plural para cambios estructurales.

Por ello, el MSM ha definido, hace más de dos años, trabajar en las articulaciones, y priorizamos la articulación con organizaciones, colectivos, grupos sociales y agrupaciones políticas locales y regionales, porque nos queda claro que la división del país no se resuelve en alianzas de las cúpulas políticas, sino del encuentro del pueblo, de las regiones, desde todas sus identidades expresada en una propuesta de conducción de gobierno. Sin miedo, hacia la construcción de una organización política con democracia interna y propuesta para un diálogo político confiable

Somos una organización política que le ha presentado al país y al sistema político sus Tesis Ideológicas, estatuto orgánico y las bases del programa de gobierno, construido en espacios participativos y abiertos en todo el país y en debates con sectores sociales como mujeres, pueblos indígenas, jóvenes y trabajadores.

Fruto de ese trabajo colectivo se han publicado diversos documentos que sintetizan cinco construcciones: 1. la económica-productiva; 2. vida digna; 3. la construcción autonómica; 4. democrática institucional; y 5. plurinacional e intercultural.

Cada una de estas construcciones desarrollan en concreto transformaciones estratégicas como la de avanzar hacia un modelo de acumulación que no dependa exclusivamente del mercado internacional y de la venta de recursos naturales. Se trata de devolverle a los bolivianos los recursos para crear realmente riqueza fruto de su capacidad productiva y creativa. La riqueza de nuestro país no son los recursos naturales, éstos son la base material para que la población, junto con el cuidado que su Estado y entorno familiar le dan desde el mismo momento de la concepción y en el transcurso de su vida, particularmente en los primeros años. Por ello, nuestro compromiso para combatir el hambre (según la FAO, 2.500.000 bolivianos viven con hambre) avanzado en el Programa “Mujeres Sin Miedo contra el hambre”, que trabaja en el diseño de la cantidad, calidad, cambios en las costumbres alimenticias. Porque sabemos que una población saludable, creativa y con educación está íntimamente relacionada al valor que le damos a cada boliviano desde sus primeros años. Por eso la construcción de vida digna desarrolla los valores y derechos para vivir con dignidad.

Construir gobiernos autónomos cercanos a la gente, con capacidad de resolver sus necesidades determina nuestra firme decisión de construir un verdadero Estado autonómico en el que los principios de coordinación y solidaridad sean efectivos para garantizar la misma calidad de vida de todos los bolivianos en el territorio nacional: alimentos, vivienda, servicios básicos, salud, educación, acceso la tecnología, trabajo, empleo digno y seguridad ciudadana.

Ninguna transformación estatal se perfecciona si no se asienta en instituciones democráticas valoradas y respetadas por la sociedad, y sin manipulación política partidaria. Es una tarea fundamental para garantizar los derechos humanos y constitucionales de la población. De otra manera, se reproducen instituciones como el actual Órgano Judicial o la Policía Boliviana, sólo para mencionar algunas instituciones.

Aunque la idea de que el Movimiento Al Socialismo (MAS) y el Gobierno difunden es la proximidad de las instituciones a la gente, el hiperpresidencialismo que ha instalado el masismo genera concentración y desequilibrio en el poder, que pone en riesgo derechos y libertades.

Ninguna construcción tiene sentido en nuestro país sin los pueblos y naciones indígena originarias, y sin mediaciones debemos construir desde nuestras identidades la identidad cohesionadora de la nación boliviana.

Desde noviembre del año pasado estamos trabajando en la democratización interna. El resultado, hasta estos días, es la renovación y fortalecimiento de liderazgos, propuestas de programas departamentales y municipales con plena apertura a la ciudadanía y otras organizaciones políticas.

Con claridad hablamos y seguiremos hablando con todas las fuerzas políticas y sociales sobre el proyecto de país que soñamos desde nuestra experiencia concreta, desde nuestra identidad política de izquierda democrática y desde nuestra voluntad política, para brindarle al país un gobierno con capacidad y fuerza para encarar desafíos de transformación que superen la frustración que el gobierno del MAS ha instalando en el país.

Es diputada del Movimiento Sin  Miedo (MSM)