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Jorge Gestoso: De la manufactura a la mentefactura

De paso por La Paz, el periodista uruguayo Jorge Gestoso, conocido por sus años como presentador principal en CNN en Español, atiende el pedido de una entrevista con La Razón. Gestoso dejó el canal de noticias hace casi una década para formar su propia productora de contenidos. En esa labor, se define como un sobreviviente de la labor periodística en Washington, donde radica.

Cuestionador y directo respecto de las relaciones norte-sur en el continente, incluido el rol de la prensa, recorre en este diálogo los años recientes de la vida política y económica del continente, y se asoma a los venideros.
Identifica como desafío central el paso de ser países exportadores de materias primas y de ciertos productos a ser países capaces de generar sus propios pensadores y científicos.  

— ¿Qué viene para América Latina después del desenganche económico de los últimos años?

— Porque le va “menos pior” a América Latina que a los europeos y a los estadounidenses. Primero, porque los países de la región han practicado una filosofía económica con más regulaciones. Si algo le molesta al gran capital, que es el que maneja a Estados Unidos y a Europa, es no tener el terreno libre en América Latina.

Lo que han tratado de imponer y lo que pregonan es el imperio de la desregulación, que resultó en la crisis de 2008 en los países del norte.
América Latina aprendió de la década perdida de los 80. Es mucho más responsable en la administración del crédito, de las regulaciones entre el Estado y los particulares. Tiene una estructura sana en el sentido de que los actores están mejor equilibrados.

Otro factor es la llegada de gobiernos progresistas que toman, por primera vez en 500 años, el control de sus riquezas. Lo hacen renegociando contratos. En Bolivia y en Ecuador, la marea cambia, y los habitantes que eran espectadores, pasan a ser protagonistas de su propio destino, junto al florecimiento de sus economías.

A esto se suma el aumento de los precios de las materias primas. Y un elemento muy importante es el desarrollo de nuestra propia identidad. Empezamos a decirnos “nos va mejor y nos sentimos más seguros”. Ya no nos avasallan tan rápidamente.

Una frase que retrataba a Latinoamérica era: “Una región rica habitada por pobres. Una región con muchos habitantes y pocos ciudadanos”. Tiene que ver con tomar el control de tus riquezas e instituciones y empezar a crecer como pueblo. Ahí es donde los que piensan en términos comunitarios proponen parar el atropello. Empieza un nuevo fenómeno. El avasallamiento de América Latina se complica para los países neocolonialistas. Se ha llegado a una etapa final del modelo, de la receta.

— ¿No le llama la atención que el giro regional fue relativamente suave o poco violento?

— Un tema surge en la última década: la tecnología. El tercer mundo accede a tecnologías de información. Todo se sabe y se conoce al instante, y eso complica el avasallamiento que antes se tapaba bajo la alfombra con exclusión, con falta de información.

Entrevisté a Manuel Pérez Rocha, un analista del Instituto para Estudios de Políticas en Washington, sobre la inequidad de los tratados de libre comercio. Me dijo: “Los tratados de libre comercio se pueden denominar de libre despojo. Dan a las grandes corporaciones la facultad de despojar a muchos países de América Latina”. Para mí, esto es la clave.
Estados Unidos acostumbraba a pensar en targets and markets (blancos y mercados). Pero ahora se les complica aplicar esto.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dice: “Creemos en el comercio justo, más que en el comercio libre”. En esta etapa, América Latina no tiene problemas en comerciar, siempre que sea en términos justos. Hay una madurez intelectual y económica en la región y un desgaste de la receta del primer mundo, que era depredar. Se consolida la democracia en nuestros países, más gente empieza a ser más ciudadano y menos habitante.

— ¿Qué opina de los sectores en estos países que se opusieron al giro de los últimos años?

— La semana pasada, el presidente Correa dijo que ha perdido impulso el ímpetu integrador de América latina. Al decir esto, llama la atención sobre el hecho de que siguen habiendo fuerzas que tratan de ponerle el palo en la rueda a este desarrollo de nuestra identidad, de nuestra soberanía.

Recordó que los últimos cinco intentos de golpes de Estado fueron contra gobiernos de izquierda. O sea, si bien el giro ha sido suave, el intento de no dejar que esto siga adelante es latente y está vivo en todos los órdenes. La espera por la mínima oportunidad para golpear.

— ¿Cómo se vieron en Estados Unidos estos dos incidentes: el bloqueo al avión presidencial boliviano y el discurso del presidente Morales en la Asamblea General de la ONU?

— Vivo hace 30 años en Estados Unidos, o sea que algo conozco de esa realidad. América Latina no existe para Estados Unidos, salvo cuando sus intereses estratégicos están en juego o si hay una catástrofe natural.

El incidente del avión de Evo fue seguido en América Latina con cierto interés. Pero si veías los noticieros en Estados Unidos, el tema no existía, y si lo hacía, aparecía suavizado. No era que “cuatro países le cerraron el espacio aéreo a Evo”, era “Francia se disculpó”, “España pidió disculpas”. Siempre el otro lado de la moneda.  Lo mismo con el discurso en la ONU. No apareció en las noticias.

Alexander Main, especialista en temas de América Latina del Centro para Investigación de la Economía y Políticas, en Washington, dice que es muy importante la influencia del Departamento de Estado en los periodistas de Estados Unidos, para conseguir que destaquen cosas positivas de países “amigos” en la región y de no tratar los éxitos de países que ellos consideran como “no amigos” o enemigos. Esa misma influencia la tienen el Congreso y la Casa Blanca.

La percepción de Main como estadounidense es que la prensa es muy maleable a los intereses políticos de los gobiernos estadounidenses para que aparezcan o no en los medios, cosas sobre América Latina. Solamente son noticia los temas que están en la agenda política del Gobierno. Así de sencillo y de doloroso.

— ¿Y eso ocurre en medios que no son de la corriente principal?

— Claro, puedes buscar otras fuentes, pero tienes que ir a un canal por cable que sale en el número 248 y a las 11 de la noche, y haciendo zapping te dormiste antes de llegar a verlo. Y la opinión pública la manejan cuatro o cinco medios, sea en televisión o en prensa. El ciudadano estadounidense no es un ciudadano informado y en muchos sentidos, lo que no le influye o le amenaza directamente, no le interesa.

— Hay varias elecciones presidenciales previstas para el siguiente año y medio, ¿va a variar el tablero político regional?

— Yo creo que no. En la base está la base del sentido común. Si estudias lo que ha pasado en esta región desde el siglo pasado, te das cuenta de que los programas sociales fueron postergados por programas económicos de depredación. La clave está en la educación. Se está invirtiendo mucho en esto, porque hay que luchar contra la deserción escolar y los bajos niveles de preparación académica.

Un académico ecuatoriano dijo que el desafío es “pasar de la manufactura a la mentefactura”. América Latina viene a la saga porque le falta desarrollar sus propios recursos a fin de tener fuentes de conocimiento.

Estos gobiernos progresistas están invirtiendo en educación y los pueblos valoran eso. A los que no les interesa tener una ciudadanía educada, siguen tratando de poner el palo en la rueda. Yo creo que los movimientos progresistas van a continuar, pero también creo que los intentos de venderle a la gente que la economía de mercado es la panacea, se van a mantener. Pero cuando la gente empieza a ver que su vida cambia y que sus hijos tienen futuro, no va a querer volver atrás.

— ¿Cómo ve a Unasur y la Celac?

— Son pasos sumamente importantes, pero que tienen que estar acompañados de eficiencia. Hay muchas cosas sueltas, pero tienen que terminar de consolidarse. Tenemos grandes problemas para integrarnos, estamos en una etapa incipiente todavía. El interés es de algunos países, pero hay intereses de otros países que piensan más en “divide y reinarás”, que piensan que no existe ninguna otra receta mejor que la suya.

Perfil

Nombre: Jorge Gestoso

Nació: 20-03-1952, en Montevideo

Profesión: Periodista

Cargo: Presidente de Gestoso Television News

Carrera

Después de ocupar cargos en  CNN en Español, incluido el de presentador del noticiero central, durante 16 años, en 2004 dejó el canal para formar su productora de contenidos, Gestoso Television News (GTN), que le ha valido reconocimientos y premios.

Es la hipocresía en pleno, ‘haz lo que yo digo, no lo que hago’

— ¿Qué opina de las críticas que señalan que, pese a sus posturas progresistas, algunos gobiernos de la región todavía mantienen como punto de partida de sus gestiones y de sus opciones de desarrollo, al extractivismo?

— De parte de los observadores externos hay mucho bla bla, pero también una hipocresía institucionalizada. Su discurso es “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”. Estados Unidos es responsable de entre el 20 y el 30% de la contaminación del planeta, pero cuando en el Congreso sale el tema de regular las emisiones de gases de efecto invernadero, lo primero que dicen —especialmente los republicanos, que están al servicio de las corporaciones que contaminan— es “no toquemos nada; eventualmente, cuando esa maquinaria sea reemplazada, veremos si la hacemos más limpia”.

Las acusaciones vienen de gente que no tiene autoridad moral. Los depredadores de la naturaleza, los contaminadores del medio ambiente, los que niegan realidades evidentes como el calentamiento global, como los partidarios de la extrema derecha.

Es la hipocresía en pleno. “Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”, y no cuestiones el pasado. Es decir, no preguntes dónde estaba Bolivia antes de Evo. La película empieza el día en que él subió al poder.

¿Qué hizo Gonzalo Sánchez de Lozada con sus minas? Eso no existe. Lo que se pretende es que el público sólo vea el cuadro conveniente de la película, para dejarlo mal parado a Evo. Yo no tendría ningún problema filosófico en poner bajo el microscopio a Evo, pero establezcamos las reglas para todos por igual. Pongamos en el microscopio a Sánchez de Lozada y a tanta gente que terminó en Washington o en Miami.

De Ecuador salieron unos señores de apellido Isaías, relacionados con la quiebra del Filanbank, que dejó un agujero de 600 millones de dólares. Ellos viven muy bien en Miami y ahora están relacionados con el lanzamiento de CNN Latino. A esos señores nadie los pasa por el microscopio. Se lo hace con Correa, para ver si dijo o no dijo, si hizo o dejó de hacer.

Entonces, no hay argumento para la crítica por el uso de los recursos naturales, porque el primer mundo extrae sus recursos, y los extrae de otros países, para beneficio de su población, sin que le importe nada. Definitivamente, más que responder a la acusación, el tema es que el acusador no tiene la autoridad moral para hacer la acusación.