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Audaz diagnóstico a un año de la elección

A quién le conviene una campaña larga? La agenda mediática se empeña en anunciar que el proceso electoral ya ha comenzado cuando no hay fecha ni calendario electoral. Es una ansiedad por declarar que la campaña será larga y que hoy, a un año de la elección, pretende acelerar la actividad en los frentes que democráticamente disputen la posibilidad de gobernar Bolivia. Pero la pregunta se mantiene, ¿a quién le conviene que la campaña dure un año? ¿A quién le conviene que la campaña sea tan larga? Al responder quiero ser categórico: al MAS (Movimiento Al Socialismo) no le conviene la politización del escenario porque lo mejor que tiene son resultados de gestión y le conviene seguir mostrando estos resultados en un clima no contaminado electoralmente. Ya que si los medios logran que la gente esté más pendiente de la elección que de la gestión tendremos que todo lo entregado a la comunidad será considerado campaña.

En cambio, a la oposición sí le conviene un escenario electoral contaminado por falsas denuncias o el “debería ser así” porque en periodo electoral la oposición puede dejar volar la imaginación, pues en campaña no son mentiras, sino sólo promesas. Por esa razón, la oposición es la más interesada en que la campaña empiece de inmediato.

Por otro lado, el MAS como partido de Gobierno y posible ganador de la elección está obligado a medir y fundamentar su propuesta en el marco de lo ya avanzado y de las condiciones reales administrativas, financieras y políticas.

¿Cómo leer el mapa político en esta elección? El escenario político es muy complejo pero bastante consolidado. Por un lado, el MAS  ha dado muestras suficientes de un voto muy leal y si nos vamos a su peor momento, cuando convocó a votar para conformar los órganos judiciales, el 44% fue con la esperanza de renovar la justicia. Las condiciones políticas hacen que 2011 comience con el llamado gasolinazo, el año pasó por un momento difícil de convocatoria y preselección de postulantes judiciales y terminó con la falsa denuncia de niños muertos en Chaparina. ¿Es posible un peor escenario electoral que éste? Honestamente creo que no. En ese sentido me animo a decir que 45% es el voto del que parte el MAS hacia la elección de 2014.

En la acera del frente, el voto conservador opositor también está consolidado en todas las elecciones con un 30% del electorado que se ha opuesto a todas las políticas públicas que ha impulsado el MAS. Partidariamente este voto se ha expresado en la suma de votos que en 2005 logró Podemos (Poder Democrático y Social) y UN (Unidad Nacional), y en la elección de 2009, en la sumatoria lograda por CN (Convergencia Nacional) y UN.

En ese sentido, me animo a decir que el voto duro de la oposición es del 30%. ¿Pero ese 30% tiene un titular? O mejor preguntado: ¿existe algún frente político que lo exprese monolíticamente? Y la respuesta es no, es un voto en consolidación y lo están disputando UN con los demócratas y de manera minoritaria, lo disputa el MSM. En pocas palabras, la primera fase de la campaña en la oposición será intentar un frente único sin coincidencias ideológicas o programáticas, sólo con la finalidad de disputar con Evo Morales.

La campaña en realidad estará destinada a convencer a un 25% del electorado que ha tenido un voto pendular, que ha apoyado en muchas elecciones al MAS pero que ha decidido esperar a ver las propuestas. Este voto es prácticamente el de un amplio sector que, beneficiado por las políticas sociales y económicas del MAS, ha pasado a engrosar la clase media. La gran pregunta es si ese sector siente que su movilidad social es producto del azar o de un clima político favorable, de una disponibilidad amplia de excedente producto de las nacionalizaciones y de un serio manejo económico del actual Gobierno.

¿Qué debe hacer el MAS para subir de ese piso del 45%? Primero no caer en el juego de apresurar la etapa electoral. Porque el MAS debe mostrar resultados de gestión (hoy casi incuestionables) logrando adhesiones como producto de la satisfacción de demandas sociales.

Segundo, se debe mostrar que la gran movilidad social que hoy constituye el bloque de clase media es producto de las eficientes medidas gubernamentales. Hoy la mayoría de la población está consciente que el acceso a los servicios básicos se ha extendido, que los ingresos familiares se han incrementado, ya sea en negocios particulares producto de la alta circulación de capital o por la superación de condiciones laborales precarias y por el incremento sostenido del salario.   

Tercero, hay que lograr reinventar las aspiraciones que tiene la comunidad boliviana a largo plazo y que el Gobierno las está alineando en la Agenda Patriótica 2025. Si la Agenda de Octubre inició el proceso de cambio y fue cumplida, es lógico pensar que existen condiciones positivas de línea de base para proyectar los mecanismos políticos e institucionales para lograr el desafío planteado por el Presidente: un país sin pobres, un país generador de energía y un país que dé respuesta a la crisis alimentaria.

¿Qué necesita el país como efecto de la nueva elección? Las elecciones son una forma que tiene la sociedad de expresarse, por eso es importante que los políticos logremos entender el mensaje. Seguramente el pueblo dará continuidad a este Gobierno, que ha logrado transformar estructuras institucionales, políticas y económicas. Sin embargo, la sociedad construirá un sistema político donde la oposición debe ofrecerle al país una propuesta seria y será el frente opositor que actúe con mayor seriedad el que se consolide en un sistema político que nos acompañará hasta el bicentenario de 2025. Porque la sociedad no quiere repetir la diáspora, la dispersión y la irresponsabilidad que han visto en Podemos y en CN cuando fueron los beneficiados de la concentración del voto opositor.