No es de ahora la demanda, sino al menos desde 2010, que maduró en Potosí la idea de su federalización, alimentada especialmente por el movimiento cívico detractor del gobierno de Evo Morales. Hace unas semanas, motivada por un conflicto regional, la propuesta resurgió, aunque todavía no cuenta con una sistematización política y técnica.
Aunque en apariencia se trata de una motivación de sólo una contraposición a la gestión de la administración del Movimiento Al Socialismo (MAS) y sus políticas públicas, los analistas en Animal Político encuentran en ella un síntoma de objeción y cuestionamiento al modelo autonómico que rige en el país desde la promulgación en 2007 de la nueva Constitución Política del Estado.
Una transición al modelo federalista, planteado en el país desde tiempos de la República, implica la concesión desde el Estado de parte del poder y autonomía hacia los territorios subnacionales, más profunda en relación a la derivación de algunas competencias en la actual legislación nacional. Sin embargo, técnica y políticamente es complicada, considerando el cerrojo que tiene la Carta Fundamental, que, antes de nada, deberá abrirse ante una iniciativa popular respaldada por el 20% del electorado o a la de la Asamblea Legislativa Plurinacional, previo a un referéndum aprobatorio.
El debate está en mesa, una catarsis política que, además, ya fue expresada por algunos sectores de la oposición del gobierno de Morales. Si hubiera voluntad política al respecto, quizás implicaría la reapertura del proceso constituyente en el país, con la que también comulgan ciertas fuerzas políticas.
Sin embargo, el desafío es imposible, tomando en cuenta la escasa fuerza política que tienen las organizaciones cívicas y políticas que propugnan dicho régimen. Así, la cuestión del federalismo es nomás un asunto para al debate, necesario quizás para el ejercicio teórico, no vinculante a la decisión política.
El editor