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Gonzalo Soruco López: Jubilado y de viaje en viaje

Gonzalo Soruco López encarna la popular expresión de que cada caída sirve para levantarse. La vida del educador y reconocido exdirigente ha sido una lucha constante, tanto que calcula que en 59 ocasiones fue a la cárcel, al confinamiento o lo torturaron. Hoy, a sus 73 años y ya jubilado, dice que mantiene su compromiso político con el magisterio urbano de La Paz, al que considera “alma y corazón” de los maestros bolivianos.

De padres tarijeños, nació en Sucre el 11 de octubre de 1940. Allí cursó algunos niveles escolares, pero a los pocos años se fue a la capital andaluz a continuar sus estudios. En esa tierra se dejó cautivar por las chacareras y las cuecas chapacas, música con la que aún se deleita. “Soy primo de Nilo Soruco —cantante y compositor tarijeño—. Estoy muy ligado a Tarija”, agrega en medio de sorbos de una bebida caliente en un céntrico café de La Paz.

Una vez que se instaló en la sede de gobierno, en la década del 60, el sucrense pasó por las aulas de la Escuela Industrial Superior Pedro Domingo Murillo (1962) y después por la Normal Superior Simón Bolívar (1973). Y al ejercer como profesor de Lenguaje en distintos establecimientos educativos, siempre trató de guiar a los maestros en la búsqueda de sus derechos como gremio y en todos los ámbitos. “Siempre he vivido para otros, no para mí”, expresa.

De esta manera, influenciado por el marxismo-leninismo, nutrido de lecturas de Karl Marx y Vladimir Lenin, se destacó como un fuerte activista del Partido Obrero Revolucionario (POR) de Bolivia, a su vez era dirigente de los maestros urbanos en El Alto y La Paz.

Recuerda, por ejemplo, que durante el golpe de Estado de Luis García Meza, en julio de 1980, fue torturado durante una semana. Le vendaron los ojos, le propinaron puñetes, patadas, y hasta lo sumergieron de cabeza en barriles de agua fría. Le preguntaban por sus compañeros y por la vida del fallecido Guillermo Lora, jefe del POR y uno de los autores de la Tesis de Pulacayo de 1946.  Vio su vida en riesgo en más oportunidades, cuenta que en una ocasión lo confinaron a Villazón, en Potosí, y después volvió a La Paz en condición de “residenciado”.

El último maltrato físico que recibió fue en 2008, cuando un grupo de choque al magisterio urbano lo llevó con engaños al poblado paceño Caquiaviri. No importaron sus 67 años y  fue recibido con un paso por la “calle de la amargura”. Le dieron golpes y lo insultaron, una y otra vez cayó, pero se volvió a poner de pie hasta que con el último aliento de fuerza corrió tan rápido como pudo, subió por un cerro bien empinado y llegó a la carretera, donde pidió ayuda.

Soruco considera que a partir de ese hecho su salud se quebrantó y la insuficiencia cardiaca que lo aqueja se complicó. Por eso, en 2012 tomó la decisión de jubilarse, pese a que “no se la aconseja a nadie”.

Ahora vive en La Paz y viaja con frecuencia a Sucre y Tarija. Por la entrega a sus convicciones y el miedo de sus parejas a la inestabilidad, no pudo formar una familia, pero admite que tiene un hijo de 30 años que radica en Argentina. Adelanta que pronto escribirá un libro o un ensayo con todas su experiencias, o como él mismo menciona, “con la interpretación de su propia vida”.

Perfil

Nombre: Gonzalo Soruco López 

Nacimiento: 11-10-1940, Sucre

Fue: Dirigente y maestro

Estudio

Ya en plena actividad política y dirigencial, Gonzalo Soruco decidió estudiar Sociología en la Universidad Mayor de San Andrés en 1987. Destaca que tuvo como docentes a Jorge Lazarte, Silvia Rivera y Julio Mantilla, entre otros, personas que lo ayudaron a consolidarse en sus ideales.