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Los años maravillosos de nuestro periodismo

En nuestros tiempos era mejor. Las patadas eran, pues, las patadas; hacíamos destituir comandantes. No habían celulares y si tenías el teléfono directo del ministro, eras un capo. Volvías a tu casa, de madrugada, con el periódico bajo el brazo. Éramos muy bohemios, ahora también ¿no? Claro, las buenas costumbres no se pierden. Eso es bueno.

La lluvia de ideas y frases con las que comienza la quinta columna de está página corresponden a los periodistas que conocieron el dolor de las dictaduras y supieron contar, con emoción, el retorno a la democracia.  De las noches de bohemia, la generación siguiente de periodistas ha sabido extraer los detalles para construir sus contextos y alimentar su experiencia. También lo ha hecho de trabajos tan valiosos y vigentes como Compadres al micrófono (Hisbol, 1991), de Rafael Archondo, o las Animalversiones, zoopatologías de ciertas bestias (Muela del Diablo, 1999), de Coco Manto, quien además escribió el testimonial Arriesgar el pellejo (1983). Los textos de las generaciones anteriores aún están allí como testimonio de un tiempo vigente.

Seguramente existen muchos otros que no se han tocado por desconocimiento o porque la memoria comienza a navegar, algunas veces, sin rumbo. Pero también están los sabios consejos de colegas que vieron el chapoteo de los noveles periodistas de fin de siglo. El sacerdote jesuita José Gramunt, quien esta semana celebró su santo, habrá ayudado a sus redactores a sacar adelante sus primeras notas, así como el colega Wálter Patiño, que dirigió por muchos años la redacción de la Agencia de Noticias Fides. Será imposible olvidar a Edwin Flores, en la trinchera de la cobertura del área de Seguridad. Ellos supieron transmitir sus experiencias, pero, claro está, cada colega tendrá a su santo de aquellos años maravillosos, y proseguir con ello sería abusar de un espacio creado para tratar temas de mayor interés.

Vimos la renuncia de Goni y la llegada al poder de Carlos Mesa y el enredo que se produjo en el país por eso del “gas por mar”. Cubrimos la instalación de la Constituyente. Evo llamaba a la redacción cuando era diputado. Protestas eran las de antes. Seguramente esas serán mis ideas para los colegas más jóvenes que han comenzado a descubrir los sabores y las pasiones de un periodismo, mucho más intenso, digital. Acorde con las nuevas tecnologías y potente para llegar a muchos más ciudadanos. Estos serán también los años maravillosos.