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¿Yo? Aquella bochornosa discusión (y omisión)

Es comprensible que la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP), que el viernes se aprestaba a cambiar su directorio, no se inmute, a diferencia de su vehemencia en otros casos, con un mal momento que pasó La Razón cuando su caricaturista Al-Azar (Alejandro Salazar), y el mismo medio, sufrió amenazas (y ataques) de parte de autoridades, instituciones y algunos ciudadanos orureños por un dibujo sobre el Carnaval publicado el 6 de marzo.

Es comprensible, y no es la primera vez. Lo llamativamente curioso es que el supuesto manifiesto de la APLP se haya quedado en las gavetas o, simplemente, en la mente de dos dirigentes de los periodistas. No lo habían contado más que comentado en el Facebook, quizás por su poca importancia o por vergüenza ajena. A saber…

Martes 25 de marzo, 19 días después de iniciadas las amenazas por la caricatura de marras, esto vimos en el Facebook, esa indiscreta red social. Escribe Sandro Velarde, secretario de Prensa de la APLP: “No entiendo que la Asociación de Periodistas de La Paz de la cual formo parte en calidad de Secretario de Prensa y Cultura no haya hecho público un pronunciamiento oficial respecto a la libertad de expresión y su defensa al caricaturista Alejandro Salazar (Al-Azar) (…) (sic)”.

Luego de muchos “me gusta” y comentarios, apareció el presidente de la institución, Antonio Vargas Ríos. Por lo que escribe, muy molesto con su codirectivo, a quien espetó, para solaz público: “Tampoco entiendo cómo tú, que te pedí que hicieras un proyecto de resolución para pronunciarnos al respecto, tienes cara para reclamar lo que no has hecho en tu calidad de Secretario de Prensa y Cultura”.

Ay, tatitu, como diría mi abuelo, la cosa se armó. Estaban lavando trapitos al sol por un tema que, lógicamente, no ameritaría ninguna discusión. Velarde no se quedó callado, enseguida empuñó sus palabras y ¡zas!: “La solicitud que me hiciste fue hoy hrs. 09.30 luego de la llamada que te hice preocupado por tu irresponsabilidad de no hacer público el pronunciamiento de la APLP, además te recuerdo que yo no soy quién para hacer una resolución atribuyéndome representatividad de la APLP cuando ya no asisto al Directorio de nuestra institución desde el pasado año”.

O sea, nada, aunque unos feisbuqueros les pedían “inbox, por favor” (charla por mensajes directos) y otros azuzaban por más trapitos al sol. Así quedó. Había que contar el bochorno para registro en los anales de nuestra gloriosa institución. Digo, ¿no?