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De yerros a desencuentros, la delgada línea roja

Desencuentros, entre lo que decimos ser y lo que somos; entre lo que deberíamos saber y lo que sabemos; entre lo que tenemos y lo que podemos. Nos pasa a todos; la vaina es cuánto de profunda o arraigada puede ser la contradicción, y qué calado tendrá el efecto de dichos antagonismos.

Le sucedió a la vicepresidenta del Movimiento Al Socialismo (MAS), cuando hacía un repaso de los candidatos del partido de Gobierno para las elecciones nacionales de octubre. “Sí, hemos terminado las listas, por La Paz va pues como primer senador el, ese… Gringo Gonzalo”. Se refería a Luis Alberto Gonzales, más conocido como Gringo Gonzales.

El lapsus no siempre puede ser un tema solo personal de la dirigente, en la medida en que el “Gringo Gonzalo” más bien puede estar revelando cierta forma no del todo consensuada, o sea debatida desde abajo, de la selección de candidatos. “Que no siempre todos tienen que conocer a todos, tan grande es el MAS”, se puede decir, es cierto, pero el primer senador por La Paz no es precisamente el último pelo de la cola del último chucho del nunca bien ponderado barrio Cinco Dedos de la Periférica.

Otro hecho que tampoco puede pasar por alto es aquel que se reveló en Chuquisaca, cuando casi gráficamente a los candidatos a diputados y senadores luego de anotarlos en la lista para el Tribunal Electoral, se les apuntaba, con firma y todo, en el libro de inscripción de militantes del MAS. Ello dentro de la lógica que todo futuro representante del partido de gobierno o debe ser militante o nada, nada o sea “invitado”. Sería regio saber si el Gringo Gonzales o René Joaquino ya tendrán su carnet de militante, o si lo iba a tener el frustrado candidato a la primera senaduría por Cochabamba, el escritor Ramón Rocha Monroy.

En fin, contradicciones, yerros, uno se encuentra como las piedras del empedrado. Una de periodistas. Con motivo de las fiesta julias en una degustación de platos típicos de La Paz, apareció el tradicional P’isqi (que se pronunciaría algo así como p’esqe, con un golpe en la pe y la q como saliendo de la garganta), cuya base es la quinua, servida con leche y queso rallado. Cuando la reportera habló del P’isqi, una conocida presentadora preguntó: ‘¿el pesque, de dónde viene, de algún tipo de pescado…?’