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El bolas, el malo y el feo

Vaya troika. Hagamos inventario.

El primero. “Es un cojudo, ¿no ve? No tiene cabeza. Es un bolas”. ¿Se imaginan ese candidato a senador? La descripción la hizo su amigo y jefe de partido. Ahora bien: que su conmilitón sea un cojudo, allá ellos. Lo grave es que tal sujeto sin cabeza sea su principal operador político. Con un agravante: “le planteas un tema un poquito más complejo y sale con la fuerza”. O sea que aparte de bolas, matoncito.

El malo. Sería grosero meterse con sus solturas: “salía con una, salía con otra, no se puede negar”. Lo condenable es que este vocero/candidato, ora ebrio, ora sobrio, le pegaba a “su” mujer. Y en la casa del jefe, que además es su compadre. Es una “canallada”, gritan hoy ambos. No se refieren a las golpizas, sino a la grabación. O sea que aparte de malo, mentiroso, oso, oso.

¿Y el feo? “He preparado un papelito…, si no quieres (firmar), si insistes con tus huevadas, te voy a mandar a trabajar a Trinidad, así de claro” (menos mal que no dijo Oruro, sino las “fuerzas vivas de la orureñidad” estarían exigiendo desagravio). Así de claro: el jefe/dueño de la empresa amenaza a la comadre/trabajadora —ya intimidada por el bolas— para proteger al malo, que la golpeó. “O sea no me jodas…” Feo-feíto-feo.

No hay buenos en esta historia. Como no los hay en incontables historias de violencia contra las mujeres. Ahí están el también candidato que quiere educarlas para que “se comporten”, o la dirigente que justifica una violación culpando a la cerveza, o la cívica que defiende a su alcalde manoseador porque “hace obras”…

Lo que abunda es hipocresía. Como el selectivo silencio de l@s indignad@s. O la camiseta de algunos medios independientes (sic) que apuntan su artillería contra la activista que difundió el audio o ponen en duda “la moral” de la mujer golpeada o repiten el discurso del agresor que niega todo (“yo nunca jamás”) con el fácil expediente de que es una      “acusación personal”.

#LaViolenciaContraLasMujeresNoEsGuerraSucia. Es machismo y patriarcado. Sucio, cierto. Lleno de bolas, malos y feos. Ah, hombrecitos de     todos los colores.