García: No está en el plan del MAS abrir la CPE
El candidato del MAS a la Vicepresidencia calificó a la oposición como ‘política e ideológicamente enana’ y que su fracaso es inminente por falta de propuestas serias.
Aunque con algunos minutos de retraso, el postulante del Movimiento Al Socialismo (MAS) Álvaro García Linera llegó a la cita con Animal Electoral para presentar el plan de gobierno, con el que llega a las elecciones del 12 de octubre y también para hablar sobre su vida personal y familiar.
El político se mostró preocupado por la situación de la Justicia, manifestó su beneplácito por la estabilidad económica y anunció el compromiso de no hacer modificaciones a la Constitución Política del Estado (CPE), en virtud a la susceptibilidad de algunos partidos opositores que aseguran que Evo Morales busca la reelección indefinida.
“No hemos planteado modificar la Constitución Política, no está en nuestro plan de gobierno”, afirmó.
En medio de una extensa agenda de viajes, gestión gubernamental (porque sigue siendo vicepresidente), invitaciones y campaña proselitista, García asistió al conversatorio en el que participaron el coordinador general de La Razón, Rubén Atahuichi; Mauricio Quiroz, editor del área Nacional, y Luis Mealla, periodista de este medio; además de Antonio Dalence, jefe de Redacción del Extra.
Sereno y emotivo, durante casi dos horas no solo habló de sus proyecciones políticas, sino también de su vida personal. Confesó que tras las elecciones planea comprar una casa, aunando esfuerzos con su esposa, la conductora de televisión Claudia Fernández, y además “encargará” a su primer hijo o hija. Reconoció que una “tarea pendiente” con su pareja es darle mayor tiempo para compartir y más espacio; no obstante, reconoció que, por ahora, eso es “complicado” en campaña.
“Uno escoge su camino y hay que adecuar la vida de la familia a las decisiones políticas que uno ha tomado”, dijo García al ser consultado sobre la reacción de su esposa al saber de su repostulación. “No saltó de alegría, pero entendió que ése es mi camino”.
Pero en medio de la visita, un hecho inusual puso color a la soleada tarde del jueves 25. Mientras García era entrevistado en el salón de un hotel de la zona Sur, en un ambiente contiguo el candidato a la presidencia por Unidad Demócrata (UD), Samuel Doria Medina, participaba de una rueda de prensa con medios internacionales.
Aunque solo estaban separados por una pared, no hubo oportunidad de que cruzaran sus caminos. Así, Animal Electoral terminó de convencerse de lo pequeño que es el mundo. De vuelta en el conversatorio, García inició el diálogo político. Fue la consulta sobre las actividades de la campaña que le hizo inflar el pecho y, a la vez, ponerse la mano al corazón.
“No hay otra alternativa (que el MAS) de economía de Estado y sociedad en estas elecciones (…), esperábamos un adversario (de la oposición) con mejores propuestas, es una derecha política e ideológicamente enana”, afirmó el aspirante oficialista.
Empero, reconoció que la campaña precisa ajustes; lamentó el poco protagonismo de los candidatos a diputados y senadores del MAS, a quienes demandó mayor “empeño” y presencia territorial en todo el país.
“Están dejando todo en manos del fuerte liderazgo del presidente Morales y a los éxitos de nuestra gestión económica (…), eso no está bien, deben hacerse conocer un poco más, debería haber una actitud más comprometida para ir casa por casa; esa es una autocrítica que hacemos al interior de nuestra estructura partidaria”.
En esa línea, insistió en las críticas a la falta de propuesta seria por parte de sus adversarios políticos y destacó la “irradiación hegemónica” que tiene el MAS como proyecto político. “La derecha debe tener una visión de más largo plazo, no se hace política improvisando”, sugirió García Linera.
Afirmó que la presencia de una oposición “poco seria”, sin planificación e impulsada por “caprichos económicos y empresariales” ayuda al oficialismo a destacarse en la campaña.
Además, señaló que el proceso no tiene una alternativa. “En las elecciones se está disputando quién va a administrar la conducción del proceso de cambio, a eso ha llegado la derecha”. Negó que la hegemonía política sea riesgosa para la democracia, argumentando que ésta también precisa largos periodos de estabilidad, lo que dio lugar a los logros económicos.
“Buena parte del crecimiento del país se debe a la estabilidad política y social; a veces, eso es necesario y si se ratifica y revalida con las elecciones, está bien”, dijo García a tiempo de aclarar que no justificaba las candidaturas perpetuas o las reelecciones.
Admitió que tarde o temprano habrá gente que le sustituirá a él y a Morales, quien ha depositado su confianza en la denominada “generación Evo”, un grupo de jóvenes del que deberán emerger los nuevos líderes.
Por otra parte, afirmó que si el MAS vuelve a tener los dos tercios de presencia en el Legislativo, será una garantía para cumplir, a celeridad, los grandes proyectos que están en marcha. Agregó que la estabilidad de un país se construye con “gobernabilidad parlamentaria y gobernabilidad social”.
“Los únicos que garantizamos la estabilidad social en Bolivia somos el MAS, por la coalición que tenemos con los movimientos sociales, incluyendo la COB; la presencia de otro partido en el gobierno, con seguridad llevaría al país a enfrentamientos sociales”, vaticinó. Entre largos espacios de silencio, meditó también sobre la Justicia —en su criterio—, la principal “falla” de la gestión.
Reivindicó la elección por voto directo de los magistrados del Órgano Judicial, en 2011, cuando se designó a las nuevas autoridades del Tribunal Agroambiental, Constitucional, Consejo de la Magistratura y del Tribunal Supremo de Justicia.
No obstante, reconoció que no se tomó en cuenta la meritocracia de los profesionales y habló de profundos cambios; no en virtud a modificar la Carta Magna, sino en la promoción de nuevas leyes como el nuevo Código de Procedimiento Penal que, entre otras cosas, contempla el proceso a jueces y magistrados corruptos, y la abreviación de procesos judiciales. “Hemos fallado en el mérito y la cualificación de las personas seleccionadas; les pasó dos cosas a algunos jueces: el cargo les cayó muy grande y se endiosaron”, sostuvo García.
Insistió que las principales acciones concretas serán el enjuiciamiento de jueces y fiscales que alarguen los plazos procesales, habrá un endurecimiento de penas, juicios cortos y expeditos, todo en virtud al nuevo Código de Procedimiento Penal.
Además, la Asamblea Legislativa enjuiciará a los jueces involucrados en actos de corrupción, retardación de justicia y negligencia judicial. Añadió que se pondrán a prueba otros mecanismos de selección de autoridades judiciales, combinando “la democracia con la meritocracia para conformar una élite judicial”.
Por último, descartó un incremento en el presupuesto del Órgano Judicial hasta que no se muestren resultados. “Con lo que tengan, hagan; y si así dan resultados tendrán más presupuesto (…) no es el dinero que hace cambiar las cosas, sino es la actitud”, indicó tras asegurar que esa es “la dimensión moral” que se debe alcanzar.
La ruta crítica de la estabilidad económica
El candidato Álvaro García Linera aseveró que la economía nacional es estable y está en pleno desarrollo gracias a la política implementada por el presidente Evo Morales. En ese marco, detalló las cuatro fases de la ruta crítica que atraviesa el país para mantener la estabilidad.
La primera etapa (2006-2013) fue la nacionalización de los hidrocarburos que generó divisas para el país por concepto de las regalías petroleras que impulsó la economía y generó réditos para redistribuir los recursos a la población a través de bonos. El segundo paso (2013-2018) será el proceso de industrialización del gas, urea, amoniaco y materias primas para la exportación.
A esta fase le sigue la explotación, industrialización y exportación de litio, entre 2020 y 2025, cuando se prevé tener en funcionamiento una fábrica de baterías a base del mineral. La cuarta y última fase es la economía del conocimiento, es decir, la exportación de ideas y tecnología.
Según García, el objetivo es llegar a 2020 con una economía de al menos $us 100.000 millones, a diferencia de 2005 —cuando el MAS ganó las elecciones nacionales— cuando el país solamente contaba con $us 8.000 millones. Hasta esta gestión esa cantidad se incrementó a $us 32.000 millones.