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Podemos y Syriza buscarán ser el bloque sur de Europa

Las agrupaciones de izquierda del sur de Europa —como Podemos en España, Syriza que ahora gobierna Grecia, Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Italia o el Partido Socialista (PS) de Portugal— que quieren disciplinar y poner correctivos a los “ajustes económicos” del poder de Europa Central, deben buscar la construcción de un bloque para enfrentar a la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) que baila al compás de Alemania.

El paralelo claro es el bloque sudamericano, que fue efectivo al momento de rechazar los métodos irregulares que el Consenso de Washington utilizó sobre todo de 2005 a 2009 en esta región para derrocar a gobiernos progresistas que si bien no tenían intenciones de destruir al poder económico, sí querían imponerle nuevas reglas de juego.

Como nota el antropólogo político Salvador Schavelzon es notorio el “aire de familia entre los gobiernos progresistas sudamericanos que se erigieron dejando atrás épocas de ‘ajuste neoliberal’ y la propuesta de Podemos —y Syriza— en una Europa comprometida con la austeridad”. Desde ese lugar —continúa el académico—  los diversos gobiernos “encontraron espacio político para enfrentarse al poder financiero y los fondos ‘buitre’, recuperar algo de protagonismo para el Estado y combatir la pobreza, principalmente extrema”.

Tras el descalabro de las economías de esa región, a causa de las imposiciones de la Troika manejada por Alemania (bien dijo el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, que en Europa el problema es Alemania y no Grecia), han emergido unas nuevas izquierdas con demandas y planteamientos similares a los gobiernos progresistas latinoamericanos en el sentido de rechazar los ajustes económicos impuestos por la gran economía. La primera agrupación de esa naturaleza en llegar al poder ha sido la Syriza griega.

El ser la primera fuerza de esas características que llega al gobierno de su país la pone en una situación más vulnerable frente al acoso de la Unión Europea y de Alemania. Los griegos de Alexis Tsipras pretenden renegociar la deuda de 270.000 millones de dólares, la cual fue impuesta por las distorsiones de la gran economía europea tal como sucediera en Latinoamérica en los años 90 a causa del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

CORRECTIVOS. El éxito de los correctivos al poder económico por parte de gobiernos como el de Bolivia (con la renegociación de los contratos petrolíferos) y Ecuador (con la renegociación de su deuda) no habría sido posible si se lanzaban solos contra el mundo. Ahí entra el mundo de las relaciones internacionales, siempre lleno de contradicciones para que con la conformación de alianzas se logre hacer frente a los países desarrollados autores de los desastres económicos del sur de América. Ése es el camino que parecen querer seguir estas izquierdas de Europa. Además, la continuidad de una (particularmente de Syriza) será, si no capital para el éxito electoral futuro de las otras, al menos sí de relevancia.

El politólogo Manuel Canelas ve esto último al tiempo de notar similitudes tanto de Syriza como de Podemos con los discursos de gobiernos como los de Bolivia y Ecuador, por ejemplo en “construir una alternativa de mayoría popular”.

Específicamente, sobre la relación de los movimientos políticos en ascenso en Europa, Canelas señala que en términos mediáticos la suerte de Syriza puede ser determinante para la posibilidad de Podemos de ser mayoría o no en las elecciones españolas de fin de año.

“No creo que Podemos se juegue todo su capital con la suerte de Syriza pero sí un porcentaje de votos para ver si pueden ganar las elecciones o no”, dice, y luego describe que el escenario que habrá es que si Syriza tiene un contratiempo —“que tendría que ser el boicot organizado de la Unión Europea, que ya se está viendo en sus chantajes a los griegos y cómo llaman ‘irresponsable’ al Gobierno que acaba de ser elegido por mayoría”— habría el siguiente mensaje: “esto es lo que pasa cuando gobiernan los amigos de Pablo Iglesias”. “Eso puede asustar a un porcentaje de votantes no mayoritario, pero sí importante, de la clase media. Si Syriza se desempeña bien o medianamente bien, creo que habrá un apagón informativo en España, porque el mensaje entonces sería: ‘sí es posible negociar mejores relaciones con la Unión Europea’”.

Para evitar esto, “todos los discípulos de la austeridad tienen el mandato de cortar en seco al Gobierno de Syriza, sobre todo pensando en Podemos”, dice el politólogo y cita a Alexis Tsipras  que dijo a Rajoy en el último Consejo Europeo: “usted está más preocupado por sus problemas domésticos y por eso tiene una visión cerrada y obtusa respecto a Grecia”.

El periodista Rafael Archondo ve otro aspecto de la relación Syriza-Podemos: “Grecia es un buen laboratorio de lo que podría pasar en España los próximos años, es decir si Podemos consigue una mayoría absoluta o requiere de una alianza con algún partido para ser gobierno”.

Por otro lado, Canelas estima que será más fácil una renegociación para España que para Grecia ya que ésta representa el 2% de la economía europea, mientras que aquélla el 12%. Aunque en los últimos días Grecia apostó a cobrar a Alemania una antigua deuda, aquella que tienen los alemanes por haber destruido este país balcánico durante la Segunda Guerra Mundial, además de haber asesinado a cientos de miles de griegos.

Siendo Syriza la única fuerza en función de gobierno con tendencias de poner freno al poder económico en su región, por ahora deberá buscar consolidar una hegemonía interna, en el sentido de encontrar consensos.

Archondo explica que para ello Syriza “ha hecho un acuerdo con un grupo minoritario de la derecha populista —que también se opone a los planes de austeridad— para formar gobierno”. Ahí se rompen los planos de izquierda y derecha “para abrirse una nueva confrontación entre el esquema central europeo (que da origen a la Unión Europea y que gira alrededor de Alemania y Francia) y una identidad del sur de Europa que vive una crisis”.

Las características de este partido —explica— son las de ser una izquierda en contra de los planes de austeridad, en contra del Banco Central Europeo, de las medidas del Fondo Monetario Internacional (FMI), “es decir que es una izquierda de raigambre nacionalista que se impone a una imposición —sobre todo de los alemanes y franceses— que es contraria a su soberanía”.