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Conteo precoz

Las bocas de urna y los conteos rápidos ya no son lo que eran. O mejor: siguen siendo lo que siempre fueron, pero los miramos diferente. Así ocurrió en la reciente segunda vuelta electoral para la elección de gobernadores en Tarija y Beni. ¿El conteo rápido se equivocó? Para nada. Como todo estudio estadístico, proyectó datos con su margen de error. Los que se equivocaron, sin sonrojarse, fueron los operadores mediáticos. Veamos.

El pasado domingo, a las ocho de la noche, cuatro redes de televisión escenificaron ante el país los resultados de dos estudios elaborados con base en un muestreo estadístico. En el caso de Tarija otorgaron a Oliva el 62,1% de votos, pero el resultado oficial fue de 60,69%. Esa diferencia de 1,41% no fue problemática por la gran distancia respecto al segundo. El candidato de UD-A, con toda propiedad, fue proclamado vencedor.

En los comicios del Beni, en tanto, el conteo rápido asignó al opositor NACER el 50,4% frente al 49,6% del candidato oficialista. El cómputo oficial fue ligeramente diferente, solo que al revés: 50,23% para Ferrier, 49,77% para Dellien. La diferencia fue apenas de 0,63% (menos de la mitad que en Tarija). Pero aquí la distancia era tan estrecha que provocó lamentable errata: los medios, al unísono, sin prevenciones, declararon ganador al derrotado.

Queda reafirmada entonces la grieta entre el resultado final oficial del cómputo realizado por el órgano electoral, y el resultado preliminar no oficial elaborado por una empresa de estudios de opinión. Esos pequeños y/o grandes equívocos abonan un ya abultado anecdotario. El problema surge cuando estos datos, lanzados como “verdad” por la televisión y sellados en los diarios, conducen a equívoco, provocan conflicto y generan incertidumbre.

¿Qué pasó? Hay que decirlo como autocrítica: los medios actuaron de manera irresponsable (deliberada en algunos casos) al declarar ganador en Beni a un candidato cuando el margen de error de sus conteos rápidos era superior a la diferencia de porcentaje entre el primero y el segundo. Y los políticos, claro, hicieron lo suyo anticipando declaraciones, presiones y festejos.

Los conteos precoces son útiles, pero pueden pervertirse. Debatamos.