Icono del sitio La Razón

Nuestro desafío para avanzar

En pleno desarrollo del neoliberalismo, en marzo de 2000, Comibol firma un contrato de riesgo compartido con la empresa privada Allied Deals PLC, que luego se denomina RBG-Minera Huanuni SA. Por el fraude de sus ejecutivos y quiebra de la empresa, es intervenida judicialmente por la Comibol. En junio de 2006 se decide la recisión del contrato, y pasa a depender de Comibol como Empresa Minera de Huanuni (EMH).

Siendo uno los yacimientos más ricos del mundo, ha estado entre las pretensiones de privatizar o cooperativizar; por ello, el enfrentamiento entre asalariados y cooperativistas mineros en octubre de 2006, (con un saldo de 20 muertos) determinó definitivamente la titularidad de las áreas y las características de la producción. Los contratos que tenían los cooperativistas con la Comibol se disuelven y la estatal tiene el control de todas las áreas y los cooperativistas pasan a trabajar en condición de asalariados de la EMH.

En la historia del proletariado, tanto el sindicato como el centro minero de Huanuni son fundamentales. La Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) fue creada en el congreso minero de junio de 1944, en el centro minero de Huanuni; el pilar fundamental de esta nueva federación nacional es el sindicato minero de Huanuni.

En las últimas décadas, el Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros de Huanuni (SMTMH) se constituyó en el eje articulador de la COB y la FSTMB, ya que los ejecutivos de estas dos históricas organizaciones emergieron de Huanuni.

Como centro productivo y de la clase obrera, Huanuni está íntimamente ligada a la historia política, económica y productiva del país; por ello, hablar y escribir sobre Huanuni es remontarnos a la historia de la lucha contra el poder minero privado y el valor de la nacionalización para la patria y el movimiento popular.

Hoy, la EMH se constituye en un eslabón fundamental de la cadena productiva del estaño, porque la nacionalización de la Empresa Metalúrgica de Vinto, con la construcción y puesta en funcionamiento del moderno horno de fundición de zinc Ausmelt, ampliamos su capacidad en un 70%, produciendo estaño metálico con calidad certificada de 18.681 TMF/año Grado A-1, y el principal proveedor de concentrados de estaño es y será la EMH con el 65%, el resto son la EMC (Empresa Minera Corocoro), las cooperativas y la minería chica.

Desde agosto del año pasado instalamos una nueva relación institucional con la clase obrera minera publica y privada y con los empresarios privados. Sostuvimos una primera reunión entre el Ministerio de Minería y Metalurgia, la Comibol, empresas públicas productivas y de fundición y la FSTMB para discutir y analizar el Plan de Contingencia.

Hasta el presente, sostuvimos cuatro reuniones entre el Ministerio de Minería, Comibol, la EMH, la COB, la FSTMB y el SMTMH para analizar, debatir y construir una respuesta integral (reservas, producción, económica y social) en base a la propuesta elaborada por la EMH. En el debate no solo están involucrados los miembros del sindicato, sino también delegados de las secciones de interior mina y superficie (ingenios, talleres, entre otros) de la EMH.

El primer punto de consenso es: consolidar la EMH en su dimensión estratégica (producción) e histórica (nacionalización), esta definición que no es simple, sino estructural; está ratificando el sentido antineoliberal del Gobierno y los trabajadores sobre la EMH.

A partir de este principio, para garantizar el promedio de producción mensual de 750 TM, se asegura las estructuras posibles para la producción de estaño en guía mina, selectiva y convencional, y paralelamente desarrollar nuevas áreas en los niveles inferiores y otros (exploración) para alimentar al nuevo ingenio de Lucianita (3000 tn/día) y ampliar la vida productiva del yacimiento. Éste es un acuerdo y mirada de largo plazo. Incrementar la producción, garantizar las estructuras mineralizadas y ampliar las reservas.

El segundo elemento es el saneamiento social, que es determinante en el costo labor, por lo tanto, en los costos de producción. No se ha discutido, ni siquiera planteado el despido de trabajadores; ésa fue la fórmula del neoliberalismo; por el contrario, se ha propuesto la aplicación de la Ley General del Trabajo y de la Ley de Pensiones.

Por la incorporación de trabajadores cooperativistas a la EMH en  2006 con edad superior a los 50 años y sin aportes a las AFP, hay trabajadores en edad de jubilación, pero sin los aportes para acogerse a este derecho universal, para ello se tiene previsto una ley que les permita acogerse a la jubilación con una pensión solidaria de vejez por las características productivas de la mina y los que tienen edad y aportes puedan también ejercer este derecho.

El tercer elemento de consenso, es que no pueden existir privilegios dentro de los trabajadores, unos que ganan por encima de Bs 45.000 y otros por debajo de Bs 10.000. Este hecho ha creado una fractura interna entre los trabajadores, pero también demuestra la ausencia de una escala salarial y la deformación de los ingresos que se percibe, producto de los precios de contrato, bonos, sobretiempos, entre otros. Se ha acordado límites en los ingresos, principalmente para interior mina, que no superará los Bs 25.000 mensuales.

Ahora, nos obliga como Estado y trabajadores a definir una nueva escala salarial e ingresos. El acuerdo es que en los próximos tres meses, discutamos, analicemos y construyamos una nueva escala salarial e ingresos sobre tres elementos: producción, productividad y precios.

Paralelamente a estas acciones se tiene prevista la puesta en marcha del nuevo ingenio Sajsani de complejos, la inversión de $us 45 millones en: equipo y maquinaria, ampliar los niveles inferiores, construcción del dique de colas.

Los trabajadores mineros le propusieron al gobierno de Víctor Paz Estenssoro un Plan de Contingencia para salvar la minería nacionalizada; contrariamente a esta propuesta, el MNR optó verticalmente por el cierre de las minas estatales, su posterior privatización y la relocalización de los trabajadores a través de dos estados de sitio; nuestro gobierno, en la ruta revolucionaria, inicialmente recuperó el yacimiento como propiedad estatal; segundo, inyectó capital de operaciones e inversiones en la construcción de una subestación de energía eléctrica, la construcción de un moderno ingenio con una capacidad de 3000 tn/día, inversiones para la compra de equipo y maquinaria, ampliar a nuevas áreas de trabajo, el dique de colas y hoy nos corresponde responsablemente desarrollar un saneamiento social y salarial, en estricta coordinación con los trabajadores mineros de la empresa.

Ésa es la diferencia sustantiva con el neoliberalismo. Mientras los antipatrias reprimían, despedían, cerraban operaciones, privatizaban nuestras empresas, nosotros vamos por la ruta patriótica de desarrollar y fortalecer la industria minera, específicamente del estaño. No se puede soñar en el futuro, sino construimos y sentamos la bases en el presente.

La EMH debe tener la capacidad de constituirse en una las empresas más importantes de la minería estatal, su clase obrera, un baluarte dentro del proletariado minero y popular; ése es el derrotero constante que nos impone la historia, eludir nuestra responsabilidad sería cobardía; lo sencillo es solo opinar, criticar; porque como bien decía el prócer de la liberación cubana José Martí: “La mejor cosa de decir es hacer”, ahí estamos y seguiremos en la construcción del Estado Plurinacional.