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Chile y su respuesta

Es imprescindible un apunte sobre la respuesta chilena al juez Owada, quien pidió que las partes del diferendo en La Haya especifiquen qué entienden por “acceso soberano al mar”, ya que demandante y demandado habían utilizado esta expresión de manera reiterada en la fase de los alegatos orales preliminares en el Palacio de la Paz del 4 al 8 de mayo.

Lo que se destaca en la respuesta chilena es un intento de poner palabras en boca de Bolivia. El mecanismo que utilizó para ello fue citar distintos momentos de los documentos bolivianos “Solicitud para instaurar procedimientos ante la Corte Internacional de Justicia” (CIJ) y la Memoria. Con sus citas intentó decir que Chile entiende por “acceso soberano al mar” lo mismo que Bolivia.

No obstante, Chile omite decir que sus citas de los documentos bolivianos presentados a la CIJ son precisamente sus mismos actos unilaterales que Bolivia ha puesto como prueba de sus repetidos compromisos adquiridos. Entonces, Chile se cita a sí mismo, a sus propias declaraciones y ofrecimientos.

Al ser Chile el que se comprometió reiteradamente a negociar con Bolivia un “acceso soberano al mar”, es ese país el que debe explicar a la CIJ qué es lo que ofreció o explicarlo en una futura negociación.

Bolivia, en cambio, contestó que la especificación del término “acceso soberano al mar” es algo que atinge al fondo de la cuestión y no a una fase preliminar, e incluso que la modalidad de soberanía con la que las partes estén de acuerdo saldrá de una negociación consecuente de un fallo que obligue a Chile a honrar su palabra.

Por lo demás, Santiago reiteró sus argumentos de que el Tratado de 1904 no es modificable. Respecto a esto, ya la defensa boliviana explicó en los alegatos que su demanda no guarda ninguna relación, ni siquiera remota, con dicho pacto.

Resta ahora esperar la deliberación de los jueces, cuyo fallo será conocido entre octubre y diciembre.

El editor