Fue un 1 de junio agrio para los noveles y cándidos concejales orureños de la agrupación política Movimiento Ciudadano San Felipe de Austria (MCSFA) que perdieron por goleada en los primeros segundos de iniciado el partido, pero todos de tiro penal sancionado sin que haya infracción alguna en el campo concejil.
La jugada logró que seis concejales, tres del Movimiento Al Socialismo (MAS), dos de Integración Ciudadana Alternativa-Frente Socialista (Inca-FS) y uno de Unidad Demócrata, nombre primero un Comité Ad Hoc y elijan a la nueva directiva del Concejo Municipal de Oruro, a cuya cabeza se encuentra el masista Henry Rojas, de amplia experiencia sindical de los trabajadores en salud en tiempos del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR).
En horas de la mañana de este fatídico día (como premonición de una no muy eficiente gestión edil 2015-2020), la Corte Departamental de Justicia (CDJ) posesionó al veterano en temas ediles, Édgar Rafael Bazán Ortega, como alcalde de Oruro y a los 11 concejales, pimpollos aún ellos en las lides municipales.
Al parecer, los concejales masistas, incas socialistas y demócratas, han hecho oídos sordos a las recomendaciones del presidente del TDJ, Bernardo Bernal, de iniciar la gestión municipal con responsabilidad y trabajar por las necesidades de la ciudad de Oruro. “Por qué escuchar a un jurista que nada tiene que ver con temas municipales, que no somos niños para que nos sermonee sobre lo que debemos hacer o no por Oruro”. Al parecer este pensamiento rondaba en la mente de los seis concejales.
Como era de esperar, los “felipes” pupilos del cuatro veces alcalde de Oruro y jefe del MCSFA, inmediatamente esgrimieron la estocada letal con un recurso judicial, un amparo constitucional, exhorto que fue a radicar a la Sala Penal II, sobre el escritorio de los tribunos Gregorio Orosco y José Romero, quienes declararon improcedente al recurso planteado.
El lector se preguntará qué pasó con el único concejal del Partido Popular (PP). Se sabe que este solitario edil se fue a la primera irregularidad que percibió ese lunes 1 de junio y se alineó al pataleo de los cuatro “felipes”, que al final aceptaron al nuevo directorio, con lo que culminó esta pequeña historia.