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El inicio de la destrucción patrimonial

El 7 de junio, el Colegio Departamental de Arquitectos de La Paz, dio su voz de alerta al publicar en el periódico La Razón, bajo el título “Destrucción de nuestro patrimonio”, una nota referida a la construcción del teleférico en el tramo de la Línea Blanca. A partir de ese momento, las autoridades de Mi Teleférico iniciaron una campaña mediática por todos los medios de comunicación tratando de distorsionar la verdad sobre nuestra publicación. Luego de la invitación que se cursó a dichas autoridades, éstas aceptaron en venir a explicar el proyecto; agradecidos por ello.

Con la explicación dada por la autoridad gubernamental (el 16 de junio de 2015) relativa al proyecto del teleférico, estuvimos de acuerdo en que es una obra de alta ingeniería, cuya principal función es la de salvar obstáculos y acortar distancias que otros medios de transporte no lo hacen, pero sí se integran.

Posterior a dicha exposición, le hicimos conocer al gerente de Mi Teleférico que no mencionó en ningún momento la palabra “patrimonio”; y el 17 de junio, la directiva del Colegio Departamental de Arquitectos más las ocho Sociedades de Investigación que hacen a la Estructura Orgánica del mismo, ratificaron la publicación inicial emitida y concluimos en que el emplazamiento de la Línea Blanca es irracional.

Básicamente, con lo que no estuvimos de acuerdo es que el trazo y construcción de la Línea Blanca atenta seriamente contra el patrimonio edificado, lo que significa desde la plaza Triangular (donde se encuentra el monumento al general José de San Martín), siguiendo por la avenida Busch, llegando al monumento del mismo nombre y de allí al Monumento a la Revolución en la plaza Villarroel  (cerca de dos kilómetros de largo).

No se entiende cómo es posible que una entidad del Gobierno, cual es Mi Teleférico, ignore totalmente al Gobierno Municipal de La Paz y a la ciudadanía, obrando de forma abusiva y prepotente, imponiendo por la fuerza la construcción de un teleférico sobre una avenida, lo que provocará la saturación peligrosa del transporte y otros servicios sobre una estructura urbana, interfiriendo seriamente en las funciones de producción, consumo, intercambio, distribución y gestión urbana.

Es inconcebible cómo se está borrando la memoria histórica de un pueblo. “El patrimonio cultural e histórico no es solo un conjunto de monumentos, sino la totalidad dinámica y viva de la creación del hombre, que debe ser preservado, conservado como bien ligado a la memoria colectiva de un pueblo”, (Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, México 1982).

Tozudamente, las autoridades de Mi Teleférico están destruyendo el valor histórico y urbanístico que un pueblo que se precie de culto debe preservar; no olvidemos que la totalidad de la avenida Busch, con sus monumentos, constituye el testimonio de una época heroica, cuya manifestación arquitectónica y urbanística recibimos de nuestro pasado con orgullo, es parte de nuestro origen, de lo que somos, de dónde venimos y a dónde vamos.

A diferencia de otras líneas, la Blanca no salva ningún obstáculo natural, se convierte en conexión y servidumbre de vista que afectará a todos los habitantes de dicha avenida. Se yuxtapone y compite con el servicio de pasajeros existente, creando un conflicto innecesario y artificial que se puede evitar, además de otras consideraciones que oportunamente le hicimos conocer al gerente de Mi Teleférico.

El domingo 21 de junio, el Gobierno Municipal de La Paz, en el periódico La Razón, (en separata) hizo conocer una alternativa que el mismo señor presidente del Estado, Evo Morales, mostró a la población en ocasión del 16 de julio de 2014, anunciando la segunda fase del proyecto.

En dicha alternativa, la Línea Blanca, partiendo de la parte superior de la plaza Villarroel (sin tocar nuestro patrimonio), creaba tres nuevas estaciones, vale decir: Estación Villa Copacabana, Estación Villa San Antonio y Estación Villa Armonía, concluyendo en la Estación Curva de Holguín, que beneficia de forma directa a cinco distritos de la ciudad de La Paz, favorece a los barrios más necesitados, respeta el valor del conjunto histórico-patrimonial, se interconectará más fácilmente a otros sistemas de transporte mediante estaciones que no afectarán áreas urbanas de primer orden, se crearán nuevas dinámicas urbanas de crecimiento planificado.

En resumen, ya existe una alternativa real y concreta, sobre la cual estamos de acuerdo, que beneficiará a más población y no destruirá nuestro patrimonio edificado.  Llamamos a la reflexión a las autoridades del teleférico. No destruyan nuestro patrimonio más de lo que ya están haciendo. Llamamos al municipio de La Paz para que evite tal destrucción, cual es su atribución y responsabilidad, y llamamos a los vecinos de Miraflores para evitar que se queden sin memoria histórica y cultural.