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Reflexionar la reforma

No queda duda de que las discusiones actuales sobre la forma de la modificación constitucional que abordará el tema de las repostulaciones presidenciales consecutivas —que además son precisamente las que más ocupan la opinión pública— son de capital importancia para el país. No obstante, también es importante el debate que aborda aspectos generales de la política en el país.

El MAS está decidido a presentar un proyecto de ley para reformar la Constitución y encaminar al menos una posible reelección consecutiva adicional para los presidentes, tras haber oscilado su discurso, desde el primer año de su gestión en 2006, entre la insinuación y la negación de pretender repostulaciones consecutivas.

El debate en el MAS sobre la forma de la elección consecutiva que debería o no permitir la Constitución tiene que ser acompañado por una discusión sobre las causas y las consecuencias de dicha reelección.

¿Qué puede significar la intención que tiene el MAS de hacer una modificación constitucional para encaminar al menos una repostulación consecutiva adicional, si se la considera bajo la sombra de la debilidad de la institucionalidad partidaria que arrastra el país desde el colapso de partidos tras la elección general de 2005, e incluso desde el nacimiento de la democracia moderna en 1982? y ¿qué nos dice de los partidos y las formas de democracia en el país?

¿Qué muestra o deja en la sombra la intención oficialista con relación a los modos de hacer política en Bolivia, y cuál es su relación con una “cultura caudillista” boliviana y una vocación de poder de los partidos en gestión de gobierno?

En fin, ¿cuáles son las relaciones entre esta tendencia particular a permanecer en el poder en distintas gestiones seguidas, como es el caso, más o menos similar, en otros países de la región sudamericana? Estos son algunos aspectos que deben ser considerados al momento de debatir la reforma constitucional de la Carta Magna de 2009.

El editor