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Atentados del Estado Islámico: violenta maraña geopolítica

Después de los ataques en París, Francia, que provocaron la muerte de al menos 129 personas y que fueron reivindicados por el Estado Islámico (EI), se hace necesario ver qué es y de dónde viene esta organización fundamentalista, además de analizar las implicancias geopolíticas en relación a la reacción militar que comenzó al día siguiente de los atentados. Se trata de un conflicto que en general en Occidente, y Latinoamérica como parte de la cultura occidental, se desconoce.

A ese desconocimiento se suma un grado importante de incomprensión y alterización por parte de Occidente, del mundo árabe. Como si esto fuera poco, las consecuencias geopolíticas derivan en una maraña de conflictos de interés entre las potencias aliadas contra el EI, cuyo único punto en común parece ser la determinación de aniquilar militarmente a esa organización. Se trata, entonces, de sentar algunas bases para desenmarañar y comprender mejor el conflicto en Oriente y las consecuencias geopolíticas tras los ataques en París.

¿Qué es el Estado Islámico, organización que no había sido tomada tan en serio sino después del viernes 13 de noviembre de 2015? El diplomático y académico boliviano, residente en París, Carlos Antonio Carrasco incluso dice que hace un año atrás el EI no era tomado en cuenta como gran peligro.

Para entender cómo es el EI se puede empezar por ver cómo ellos se nombran a sí mismos: “Estado Islámico en Irak y Levante”. Aunque, remarca Carrasco, “la sigla en árabe es Daesh y no EI o ISIS”.

No obstante, en rigor, ellos tampoco se consideran Daesh, sino, como se dijo: “Estado Islámico en Irak y Levante”. Las siglas EI o ISIS han sido difundidas por el periodismo occidental. Aunque, tras los atentados en París, el acrónimo Daesh gana terreno. Esto molesta a los islamistas porque Daesh, en árabe, puede tener connotaciones negativas como “algo que aplastar o pisotear”, “intolerante” o “el que siembra la discordia” (según Europa Press).

Hay aquí un uso del lenguaje ciertamente de deslegitimación del grupo terrorista: negarle la posibilidad de nombrarse a sí mismo. No hay que dejar de notar que Occidente, como dijo Edward Saïd en Orientalismo, viene haciendo algo parecido con todo Oriente (no terrorista) desde hace siglos, como viendo en menos aquello que no es europeo.

Aunque este mecanismo de alterización del otro no es nuevo (estuvo presente en todos los procesos de colonización), si es del todo novedoso el grupo terrorista que ocupa este texto: “El Estado Islámico es algo absolutamente inédito en la historia de la humanidad. No corresponde a los patrones de otros grupos terroristas”, apunta Carrasco.

ORIGEN. El abogado internacionalista Sergio Fernández dice que el EI, al igual que Al Qaeda, son “subproductos de las inconsistencias de la política exterior de Estados Unidos”. Ronald Reagan (republicano), en los 80, decidió apoyar a Al Qaeda para repeler la invasión soviética en Afganistán (involucró armas, financiamiento y entrenamiento), luego esta agrupación utilizó el poder de su organización en contra del propio Estados Unidos.

Luego de la última guerra de Estados Unidos en Irak, promovida por George W. Bush,  el presidente Barack Obama (demócrata) retiró sus tropas de este país. “Por ello, se da un vacío de poder en Irak, Afganistán y Libia, que crean el caldo primordial para engendrar organizaciones terroristas o servir de centros de reclutamiento”.

Con Saddam Hussein “fuera de la ecuación”, la minoría sunita (seguidores del suegro de Mahoma) de Irak (20%) pasó de oprimir a ser la oprimida por un “nuevo e ineficiente” régimen chiíta (80%, seguidores del primo-yerno de Mahoma). Esto propició una serie de revueltas y el apoyo de organizaciones como Al Qaeda a los sunitas de Irak y que derivó en la creación del Estado Islámico de Irak (EII) en 2006. El Estado Islámico es de la parcialidad sunita.      

Luego vino la Primavera Árabe. La administración Obama apoyó a los rebeldes contra el presidente sirio Bashar Al-Asad (apadrinado por Rusia, pero también apoyado por China, Irán y la agrupación Hezbollah, organización musulmana libanesa).

Fernández señala que al chocar estos dos bandos hubo un relativo vacío del poder que el EI supo aprovechar para apoyar a sus congéneres sunitas al norte de Siria y tomar el territorio. Así nace el Estado Islámico de Irak y Siria en 2013.

SIRIA. El punto de quiebre es la lucha por el control de territorio en Siria durante la Primavera Árabe. El académico Carrasco explica que al instalarse en ese país el EI, su enemigo era Bashar Al-Asad. Al mismo tiempo, el presidente sirio tenía, o tiene, por enemigo a Al-Nusra, grupo de rebeldes democráticos (“alimentados por los estadounidenses y otros gobiernos democráticos”). En el tiempo de la Primavera Árabe, “se dice que Al-Asad hizo un pacto de no agresión con el Estado Islámico para que los rebeldes (sirios) tengan que luchar contra dos frentes, el ejécito de Siria y el Estado Islámico”.

Es en ese momento en que la organización terrorista empieza a crecer. Aunque el verdadero impulso material es la toma de la ciudad de Mosul, al norte de Irak, en junio de 2014, recuerda Carrasco: “Se apropian del efectivo y lingotes de oro del Banco Central (se dice que se hicieron de 425 millones de dólares) y controlan los pozos petrolíferos. Ahí se hacen de un patrimonio importante. Mosul es su pivote”. Entonces comienzan las decapitaciones, el imperio del miedo y ganan toda la fama que hoy tienen.

Si bien muchas deserciones de Al Qaeda hoy son parte del EI, estas dos organizaciones no son iguales. Carrasco diferencia al EI de Al Qaeda en que los segundos buscaban la simpatía de la gente común y los primeros quieren su sumisión: “o se someten o pasan a mejor vida. Se trata de una psicología del miedo dirigida a los suyos y a los extraños”.

Por otro lado, el EI cumple la función de Estado en los territorios que controla: cobra impuestos, e incluso controla los precios de la venta de insumos cotidianos dentro de lo que considera justo y hace cumplir la Sharia. “La Sharia es el derecho coránico, la aplicación legal del Corán en la vida cotidiana”, explica.

Su líder político y religioso es Abu Bakr al-Baghdadi. Doctor en Teología, se proclamó Califa del EI y la mayoría de las organizaciones yihadistas de otros países reconocieron su autoridad. Pasó dos años en una cárcel estadounidense en Siria donde, cuenta Carrasco, entabló contacto con altos mandos militares del régimen de Saddam Hussein (también sunitas).

“Cuando Estados Unidos ocupa Irak deja en la calle a 400.000 militares iraquíes, entre ellos muchos de alto rango muy bien preparados. Esa es la base del Estado Islámico, esos mandos son su primera fuerza. Luego están los islamistas de todo el mundo. Se ofrecen no solo jóvenes de ascendencia árabe, sino también europeos (la mayor parte de los decapitadores son occidentales). También están connotados informáticos, con ellos logra tener un soporte técnico y logístico”, detalla el diplomático Antonio Carrasco.

El contingente actual del EI, según distintas agencias noticiosas, es de 50.000 personas, la mitad son extranjeros: chechenos, europeos, de Afganistán y de otros países. Por otro lado, el EI se financia, señala Fernández, con el contrabando de petróleo, el secuestro, la trata de personas entre otros actos. ¿Quién compra ese petróleo del mercado negro?: “Turquía, Israel, pero no son compras estatales, sino de particulares”, sostiene Carrasco.

¿FRANCIA? El EI rechaza toda institución occidental, “quiere la restitución de un califato teocrático como el que existía en la antigüedad y ha pedido la sumisión a todos los gobiernos del mundo”, resalta Carrasco para hacer notar que ya de sí cualquier país del mundo sería blanco del EI. Sin embargo, tiene que haber razones específicas por las que se atentó en territorio francés.

“Francia era un objetivo alcanzable para ellos, una colonia de reclutamiento, pero también un aliado de Estados Unidos, un régimen ‘secular ateo’ que debe ser castigado y sometido y que pronto recibirá la COP 21 (Conferencia Mundial sobre Cambio Climático), donde se congregarán los líderes de todo el mundo. El mensaje es una amenaza mundial que dice que no están seguros en ninguna parte”, interpreta el  internacionalista Fernández.

Es decir que, inicialmente, Francia se vuelve un blanco del EI por que es viable como tal, en segunda instancia, para dar el mensaje. Otro aspecto que pudo haber influido en la selección del país galo es la presencia colonial francesa del siglo XIX y XX en los países árabes.

Carrasco añade que en Francia hay seis millones de musulmanes, algunos hasta de tercera generación de ciudadanos franceses: “pero siguen siendo discriminados. Existe una gran dificultad de sintonizar con la sociedad francesa. Tienen todos los derechos legales, pero, por ejemplo, si hay un puesto vacante en un trabajo un nombre francés es privilegiado por encima de uno musulmán”. Aunque también hay ciudadanos de origen árabe que han logrado puestos jerárquicos, como la actual ministra de Educación, Najat Vallaud-Belkacem.

PERSPECTIVA. Francia respondió inmediatamente al ataque bombardeando posiciones del EI y los líderes de la coalición occidental se pronunciaron con un mismo mensaje: aplastar militarmente a esta organización.  Con el avasallador poder militar de países como Rusia o Estados Unidos y la unanimidad en que se identifica a su blanco no tendría que haber problemas para barrer con el EI, no obstante, los conflictos de intereses son imbricados. Además hay reticencia de mandar tropas terrestres.

Al atacar el EI indiscriminadamente a gente de Al-Asad y a los rebeldes, no se ve una definición de bandos —explica Fernández—. Esto lo enfrenta con Estados Unidos y sus aliados (prorebeldes, Al-Nusra) así como frente a Rusia, Irán, Irak, Hezbollah y hasta China (países pro Al-Asad).

“Siria es el más fiel aliado del Kremlin por el apoyo político, económico y militar (la única base naval rusa fuera de su territorio es en Siria), y China tiene enormes intereses petroleros e inversiones ahí, por lo que vetaron cualquier iniciativa del Consejo de Seguridad (contra Bashar Al-Asad)”, explica el abogado.

Por otro lado, Irán es el “bastión más fuerte” de los chiítas, enemigos de los sunitas y, por ende, del EI. Irán apoya a los chiítas en Siria, Irak, Pakistán e India. Empero, Irán es al mismo tiempo “el más antagónico de los rivales de Estados Unidos en Medio Oriente”. Además, el bastión más fuerte de los sunitas es Arabia Saudita, que protege a los sunitas de otros países y es “el aliado más fuerte” de Estados Unidos en la región y “total adversario de Irán”, describe el complejo y contradictorio entramado.

Sumado a lo anterior está Israel, el aliado estratégico de Estados Unidos y enemigo de Irán. “Sin embargo, Irán tendría que ser el aliado natural de Estados Unidos en la lucha contra el EI. Si esta alianza natural se hiciera explícita, Arabia Saudita e Israel se alejarían de los norteamericanos y tomarían acciones de facto contra Irán y desestabilizarían aún más la región”.

Estados Unidos necesita que Irán tenga la fuerza para atacar al EI, ya que es reticente a desplegar tropas propias. “Ello ha llevado a Estados Unidos a negociar el acuerdo nuclear con Irán que le permite mantener su programa nuclear, levantarle sanciones, vender petróleo, reintegrarse al sistema financiero, etc.”, apunta Fernández.

Como Obama tiene resistencia en su Congreso, necesita el apoyo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde las fichas claves son China y Rusia. “Rusia es el hueso duro de roer, pero ha apoyado el acuerdo nuclear. La situación en Ucrania no ha dejado de ser conflictiva, la presencia militar de Rusia sigue siendo fuerte y el conflicto armado se mantiene”, aunque no salga en las noticias.

La convergencia de estos intereses pareciera que crearía una coalición entre Oriente y Occidente, donde “el gran ganador” sería Vladímir Putin “quien se ha quitado la presión de Ucrania de encima y ha decidido atacar por cuenta propia al EI y, al mismo tiempo, destruir a los rebeldes enemigos de Al-Asad. Asimismo, las demostraciones de poder al atacar con misiles Kalibr desde el mar Caspio es un mensaje para los rebeldes y  los vecinos (en este caso, Israel)”, concluye el abogado internacionalista.