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Primeros pasos de la ‘Biblioteca del Bicentenario’

La Biblioteca del Bicentenario de Bolivia, el proyecto editorial del Estado más ambicioso desde la importante, aunque modesta, Biblioteca del Sesquicentenario de la República (1975), comienza un largo camino que culminará en 2025. Los primeros dos libros de 200 han sido presentados. Se trata de dos antologías con sus respectivos estudios: Antología de documentos fundamentales de la historia de Bolivia (coordinada por Roberto Arze), y Antología de literatura infantil y juvenil de Bolivia (coordinada por Isabel Mesa).

El Centro de Investigaciones Sociales (CIS) es la dirección estatal encargada de publicar, revisar las ediciones y coordinar los estudios de los 200 volúmenes que hasta 2025 (bicentenario de la fundación de Bolivia) deben publicarse paulatinamente.

“Es el proyecto editorial más ambicioso jamás emprendido en el país. Consiste en reeditar y publicar, a lo largo de 10 años, las 200 obras más significativas en la historia”, describe Amaru Villanueva, director del CIS.

En círculos académicos siempre se dijo que la Universidad boliviana había fracasado en la construcción de un canon nacional que se vincule a una política de enseñanza pública. Esto es válido en el país para un canon vacante en cualquiera de los segmentos de conocimiento, sea historia, literatura, o el que fuere. Si bien hubo varios intentos de llenar este vacío, la Biblioteca del Bicentenario, sin duda, responde a esta voluntad de creación de un canon que además abarcará distintos campos disciplinarios. Asimismo, supondrá el desafío de servir como base para un pénsum uniforme en la educación primaria y secundaria, pénsum de lecturas inexistente que es dejado al arbitrio de maestros, quienes no siempre eligen qué deben leer los alumnos con el mejor de los criterios.

Se quiere también que el rigor de los estudios previos de cada volumen hagan de la Biblioteca no una mera reimpresión de obras agotadas o de difícil acceso, sino una reedición en todo el sentido de la palabra.
Así, el historiador Roberto Arze fue el seleccionador y autor del estudio preliminar de la Antología de documentos fundamentales de la historia de Bolivia, aunque también contó con el apoyo de Carlos Mesa, Mariano Baptista Gumucio y Rossana Barragán.

La selección de documentos hecha por Arze abarca más de 400 años en más de 700 páginas, empezando con textos que se remiten a tiempos anteriores a la Colonia como Relación de los Incas, de Juan Polo de Ondegardo (1571); textos coloniales que se refieren a Tiwanaku como Del pueblo de Tiaguanaco y de los edificios tan grandes y antiguos que en él se ven; además de fragmentos de autores canónicos del Alto y Bajo Perú como Garcilaso de la Vega o Guamán Poma.

Del periodo colonial hay que destacar la Carta de Cristóbal Colón a S. M. el Rey Fernando el Católico; una Selección de Leyes de Indias sobre los indígenas (1504-1642); La insurgencia indígena: Dos cartas de Tupaj Katari y un testimonio (abril de 1781); Diálogo entre Atawallpa y Fernando VII en los Campos Elíseos (1809), entre otros.

Será la primera vez que muchos de estos documentos son impresos en un número de tiraje pensado para una difusión masiva, si bien son textos en general fundamentales en sus áreas académicas específicas.

En el periodo republicano, delimitado de 1825 a 1898, hay que subrayar la inclusión de varios decretos que han cambiado el rumbo del país, como Abolición del tributo indigenal y establecimiento de un régimen tributario (22 de diciembre de 1825) o Liberación de los esclavos (Ley de 19 de diciembre de 1826), además del Acta de la independencia de las provincias del Alto Perú (6 de agosto de 1825).

El cuerpo de selección de escritos del periodo republicano es de mayor volumen junto al del siglo XX. También se encontrará el Establecimiento de la Confederación Perú-Boliviana (28 de octubre de 1836); el Reconocimiento de la independencia de Bolivia por parte de España (21 de julio de 1847), proceso en el cual el Vaticano jugó un rol fundamental.

Sobre la invasión chilena de Antofagasta se tiene la Respuesta del prefecto Severino Zapata al coronel Emilio Sotomayor y la Relación del drama del 23 de marzo de 1879 de Ladislao Cabrera. El siglo XX fue dividido en dos: los primeros 50 años hasta la Revolución de 1952, y de ahí en adelante.

De la primera mitad de siglo destacan una serie de documentos sociales vinculados con los derechos sociales y civiles como la Reforma Constitucional del 27 de agosto de 1906 en relación a la libertad de culto, o la Instauración del matrimonio civil (Ley de 11 de octubre de 1911).

Una línea transversal en este segmento temporal es la acompañada de documentos fundacionales de los partidos políticos que cambiaron la historia del siglo XX; así, se tienen las bases ideológicas de la Falange Socialista Boliviana (FSB), el Partido Obrero Revolucionario (POR), el Partido de Izquierda Revolucionaria (PIR), el Partido Comunista de Bolivia (PCB) y el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Como no podría ser de otra manera, la Tesis de Pulacayo, texto canónico en Latinoamérica, es parte del volumen.

De la segunda mitad del siglo XX, se selecciona los documentos fundacionales de la Central Obrera Boliviana (1952), el Voto Resolutivo y los Propósitos de la Central, además de los escritos legales que viabilizaron la Reforma Agraria, el Voto Universal y la Nacionalización de la Minas.

En textos de orden político, el lector se encontrará con el Primer Manifiesto de Tiwanaku (1973) o los Fundamentos de la teoría y de la acción de la revolución boliviana, en el que el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) explica lo que entendió por “entronque histórico”.

Otros capítulos a destacar son la Ley de Capitalización; la Sentencia en el juicio de responsabilidades a Luis García Meza y colaboradores; la Declaración política de Unidad Democrática y Popular (UDP, 1979); o la Tesis política de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB).

En el siglo XXI están documentos en verdad históricos como el Referéndum sobre hidrocarburos (2004), el Discurso de Evo Morales Ayma al asumir la presidencia (2006) y la Constitución de 2009; no obstante, puede ser discutible la inclusión del texto de la Agenda 2025, al ser un programa de gobierno específico que no se sabe aún si tendrá lugar; posiblemente habría sido más oportuno un documento fundacional del Movimiento Al Socialismo (MAS) o de sus inicios. Los volúmenes se distribuirán en establecimientos educativos de distintos niveles en todo el país, aunque también estarán a la venta del público.