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Campañas que apelan al miedo

Los mensajes de las campañas por el Sí y por el No para el referéndum constitucional de febrero tienen varios aspectos en común, uno de ellos es tratar de infundir miedo al votante en caso de que la opción contraria gane. A pesar de ser mensajes diametralmente opuestos, al menos comparten ese aspecto.

Queda entonces el elector en una situación de incertidumbre, pues si por un lado el oficialismo dice que si gana el No el panorama será oscuro, los opositores afirman que de ganar el Sí los bolivianos estarán en un callejón sin salida.

De acuerdo con el discurso proselitista del Movimiento Al Socialismo (MAS), de no aprobarse la posibilidad de reelección de Presidente y Vicepresidente, todos los logros de su gobierno se revertirán y volverá el “neoliberalismo” con todos sus líderes (hoy prófugos de la Justicia) incluidos.

En el otro lado, los defensores del No identifican automáticamente una victoria del Sí con la instalación ipso facto de un régimen absolutista, totalitario, con la consecuente degeneración de la democracia boliviana.

Ante un panorama tan sombrío, se puede llegar a pensar que uno de los dos frentes tiene que estar exagerando las funestas consecuencias que prevé o que alguno pueda tener  parte (y solo parte) de razón en las advertencias que da.

Si bien apostar por una campaña del miedo no es algo fuera de lo común en el modo de enfocar las campañas electorales en Bolivia, no se sabe concretamente su efectividad. Recuérdese la campaña de temor contra Evo Morales en 2005. Se quiso hacer creer que de ganar el candidato del MAS, éste expropiará la propiedad privada en los centros urbanos. Morales ganó esa elección de lejos. También hay que recordar la campaña de temor del MAS en el referéndum estatutario del año pasado, cuando decía que si no se aprobaban los estatutos que promovía, la autonomía se retrasaría por una década. Igualmente, sus estatutos fueron rechazados…

El editor